Martín gana y Acosta pone patas arriba el Mundial en Portugal
«Lo queríamos, lo buscábamos desde el primer día, todos lo pronosticabais, pues bien, aquí está, mi primer podio en el Mundial de MotoGP en la segunda carrera de la temporada, una pasada, una alegría inmensa y, sobre todo, un agradecimiento infinito a toda la fábrica KTM-GasGas y a todos los que me han ayudado a llegar hasta aquí y cumplir uno de mis sueños, correr, luchar y pelear por el podio en el campeonato de los grandes». El murciano Pedro Acosta, líder de GasGas, es decir, de KTM, de 19 años, se convirtió ayer, en Portimao, ante 72.549 aficionados y frente a millones de telespectadores, en el tercer piloto más joven de la historia (el primero sigue siendo el divertido y popular Randy Mamola) que se sube al podio del Mundial de MotoGP. La carrera, perdón, la ganó, con una mano, el madrileño Jorge Martín (Ducati), que sale de Portimao líder y favorito del Mundial.
Acosta, que peleaba por acabar entre los cinco primeros del Gran Premio de Portugal, que se disputó en Portimao con triplete español (Dani Holgado, en Moto3; Arón Canet, Moto2 y Jorge Martín, en MotoGP), se vio beneficiado, al final, por una caída (aún) incomprensible de un fabuloso Maverick Viñales, que, en la última vuelta, vio cómo le superaba Enea Bastianini
(Ducati) y, a continuación, su Aprilia sufría, al parecer, alguna avería que provocaba su caída y, por tanto, colocaba al tiburón de Mazarrón en el podio de MotoGP.
La carrera, que había tenido un discurrir muy normal, con dos trenecitos a lo largo de casi todas las vueltas, el primero formado por
Martín, Viñales y Bastianini, aspirantes al podio, y otros tres vagones peleando por la cuarta plaza formados por Pecco Bagnaia (Ducati), Pedro Acosta (Aprilia) y Marc Márquez (Ducati).
A tres vueltas del final, cuando las posiciones parecían totalmente establecidas (Martín, Viñales, Bastianini
y Acosta), Márquez le hizo un interior a Bagnaia para conseguir la quinta plaza, el bicampeón italiano se resistió a ceder la posición y ambos se tocaron, con tan mala suerte que se fueron al suelo. Dirección de carrera juzgó el choque como un «incidente de carrera» y no hubo sanción.