Las Siete Palabras salva un Lunes Santo marcado por la fuerte lluvia
La cofradía de la parroquia de San Gil fue la única que pudo procesionar en una jornada que provocó la suspensión del resto de los recorridos
La lluvia fue la gran protagonista de un Lunes Santo muy accidentado en Zaragoza. La Cofradía de las Siete Palabras y San Juan Evangelista fue la única en sacar su paso. Lo hizo, eso sí, en un recorrido reducido que salió desde la parroquia de San Gil y bajó Don Jaime, circuló por el paseo Espoz y Mina y la calle Manifestación y volvió a subir por San Cayetano. Así, a excepción de las Siete Palabras, todas y cada una de las procesiones de la capital aragonesa fueron suspendiéndose de forma paulatina ante un diluvio que no parecía dar tregua.
La lluvia, que estuvo cayendo con fuerza desde primera hora del día, obligó a suspender varias procesiones mucho antes de que les tocase empezar su recorrido. Las primeras en anunciar la suspensión de su salida fueron La Exaltación y la cofradía de La Llegada de Jesús al Calvario, a las que se sumaron horas más tarde la cofradía de las Negaciones y, pasadas las 18.30 horas, la de la Hermandad de San Joaquín y de la virgen de los Dolores. En cambio, la cofradía de Jesús Camino del Calvario y la cofradía de los
Nazarenos apuraron hasta última hora para ver si podían salir, aunque fue en vano. En torno a las 20.30 horas, pese a que el agua había dado una pequeña tregua, el Calvario llegó a la conclusión de que la mejor decisión era suspender y llevar a cabo las predicaciones dentro de la Basílica de Santa Engracia, hasta donde se acercaron cofrades de la Columna para acompañarles.
En las afueras de la iglesia pudieron encontrarse imágenes de cofrades y viandantes apenados por no poder disfrutar de la que era la primera procesión de Jesús Camino del Calvario. «Es un fastidio, porque llevamos meses ensayando con los tambores, aguantando el frío», decía Jorge, un joven que cumple su tercer año participando en las procesiones de la cofradía. Leyre, por su parte, se había acercado hasta el entorno de Santa Engracia para disfrutar de la misma junto a su padre, Toni. Ambos, originarios de Barbastro, mostraban también su «tristeza» por la suspensión de una festividad que les toca muy de cerca, pues también son parte de una cofradía en la localidad oscense.
Sin embargo, hubo quien no perdía la esperanza de poder ver alguna de las procesiones en uno de los días señalados en rojo por el calendario católico. «Me voy a las Siete Palabras, que esa siempre sale», se escuchaba a las puertas de Santa Engracia. Dicho y hecho. La hermandad fue la única en sacar al
«Es un fastidio, porque llevamos meses ensayando con el tambor, aguantando el frío»
santo, cuando el reloj apuntaba a las 21.00 horas. De hecho, esta cofradía es la única de Zaragoza que siempre ha sacado a su santo, el Cristo de la Peana, fueran cuales fueran las condiciones climatológicas. Cientos de personas, habituales a esa procesión y llegados de otras canceladas, se agolpaban esperando a la salida de las primeras caperuzas verdes. «Es una lástima que se hayan suspendido tantas, porque todo el año esperamos a que lleguen las procesiones», comentaba a las afueras Isabel, mientras su pareja, Santi, intentaba ver el lado positivo: «Por lo menos, la lluvia no viene mal para el campo».
Los primeros toques de corneta dieron paso a un solemne silencio, tan solo interrumpido por el sonido de los primeros tambores y bombos que, por empeño y fe, fueron los únicos que lograron sacar el sonido a la calle en el Lunes Santo.