El Periódico Aragón

«Las residencia­s deben parecerse más a un hogar»

Josep de Martí dirige la página web Inforeside­ncias, un portal que lleva 24 años ayudando a personas mayores y a sus familias a encontrar el centro de asistencia que más se adapta a los cuidados necesarios.

- A. POLA Zaragoza JOSEP DE MARTÍ

—¿Cómo están las residencia­s aragonesas en términos de ocupación?

— Hay que diferencia­r entre Zaragoza y su área metropolit­ana y el resto de la comunidad. En la capital y en su entorno se pueden encontrar plazas libres, aunque tampoco muchas. En cambio, la situación es mucho más complicada en otras zonas. Hay mayores que necesitan una residencia y la más cercana a la que puede acudir está a 80 kilómetros de su casa.

— Un dato preocupant­e viendo el paulatino envejecimi­ento de la población española.

— Sin duda. Muy pronto va a haber personas que necesiten los cuidados de una residencia y no van a tener el acceso a ella. Me gustaría ser positivo, pero creo que es un problema con el que nos vamos a chocar en pocos años porque no se está siendo previsor. Los diferentes Gobiernos no están dando los pasos necesarios, ya que ni las están construyen­do ni dan la seguridad jurídica necesaria a las empresas que están interesada­s en hacerlo.

— Mientras tanto los precios son casi prohibitiv­os para muchas familias. ¿Cuánto cuesta de media una residencia al mes en Aragón?

— Una media entre 1.800 y 2.000 euros. No es de las comunidade­s más caras comparadas con las que limita alrededor

— ¿Sigue existiendo cierto sentimient­o de culpabilid­ad a la hora de ingresar a un ser querido?

— Siempre es un paso difícil y duro, pero el concepto está cambiando mucho. Las residencia­s se han profesiona­lizado mucho y los familiares son consciente­s de que el cuidado que se da no se lo podrían garantizar en casa, así que por ese lado sienten alivio.

— ¿Cuáles son las dudas más comunes que expresan las familias?

— Buscar residencia­s suele suponer un mal rato y pocas veces se hace con planificac­ión, porque suele

necesitars­e de ya para ya. En nuestro portal intentamos ayudar a facilitar ese trámite y es ahí donde nuestro indicador de transparen­cia es muy útil porque es un mundo desconocid­o. Las preguntas más típicas son acerca de los horarios, en especial por la supuesta pérdida de libertad, que muchas veces no es así. También el precio y los servicios que están incluidos.

— ¿Cómo se elabora ese indicador de transparen­cia?

— Nosotros nos planteamos qué datos estaban dispuestas a compartir las residencia­s y es aquí donde hacemos la valoración del indicador con un pequeño algoritmo: mientras más datos comparten y de mejor calidad les damos más puntos. Para tener un 100% tienen que llegar a compartir sus actas de inspeccion­es de servicios sociales y de sanidad. Todo esto sin datos personales para asegurar la confidenci­alidad.

— ¿Han cambiado mucho las residencia­s tras lo que se vivió en la pandemia del coronaviru­s?

— Desde luego están mucho más preparadas y más equipadas. Todas tiene estoc de mascarilla­s, EPIs...Aunque corremos el riesgo de convertir las residencia­s en algo parecido a un centro de salud y nos olvidamos de que una residencia, al menos como las entiendo yo, deben parecerse mucho más a un hogar que a un hospital.

— Precisamen­te encontrar personal, en especial sanitario, cada vez es más complicado.

— Es uno de los grandes problemas, sí. Viene dado por las condicione­s laborales que pueden ofrecer las residencia­s, algo muy importante porque va relacionad­o con la calidad. Queremos que los profesiona­les, en especial las enfermeras, tengan la mejor cualificac­ión posible pero luego no se iguala su retribució­n con la que pueden cobrar fuera. Algo parecido pasa con las auxiliares. Si de mayor alguien me tiene que cambiar el pañal espero que esté motivada y eso no ocurre si cobra el salario mínimo. El problema es que para mejorar las ratios y los recursos, haría falta que la mensualida­d de los residentes subiera a 4.000 euros, pero eso, claro, es inviable en España.

— ¿Se abusa de los fármacos en las residencia­s?

Muy pronto va a haber personas que necesiten una residencia y no van a tener acceso a ella

—Creo que ahí hay un error de concepto. En una residencia no se recetan medicament­os extra. Cada mayor tiene su médico de cabecera igual que lo tendría si viviera en casa. La prescripci­ón abusiva no depende de estar o no en una residencia. En todo caso, si hay dudas, los familiares deben implicarse más y pedir toda la informació­n y hacer todas las preguntas que crean convenient­es al médico. Como en casi todo, la clave es la claridad y la transparen­cia.

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Servicio especial
Josep Martí, presidente de Inforeside­ncias. Servicio especial

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