El Periódico Aragón

Los tambores vuelven a sonar en un Martes Santo de devoción y lágrimas

Tras la lluvia del lunes, las tradiciona­les procesione­s de Martes Santo llenan las calles de la capital aragonesa y sirven de preludio para los días grandes

- ARTURO POLA Zaragoza

Tras las tristes lágrimas de los cofrades el lunes por la cancelació­n de las procesione­s de la jornada debido a las inclemenci­as del tiempo, las tradiciona­les Lágrimas del Martes Santo fueron en Zaragoza de alivio por poder salir a la calle y de esperanza para los enfermos. La Cofradía del Descendimi­ento de la Cruz fue una de las protagonis­tas del día con una procesión de Las Lágrimas que, tras partir desde el colegio de Jesuitas, vivió su momento más emotivo a las puertas del Hospital Miguel Servet.

Los enfermos y sus familiares se mezclaron con los devotos y, mientras los bombos y los tambores contuviero­n su estruendo para respetar el descanso de los pacientes, realizaron sus plegarias para que su hospitaliz­ación termine con las mejores noticias posibles. Como ya es habitual,

Ana Iguarde y José Blas fueron los encargados de, durante las diferentes paradas del desfile, poner sus voces al servicio de la cofradía para que sus jotas se fusionaran con los tradiciona­les sonidos de la Semana Santa. Cabe destacar que las letras de las jotas están enterament­e compuestas por cofrades.

Hasta la plaza de la Justicia, bien entrada la madrugada, llegó el desfile, que terminó con la Virgen María escoltada por claveles, lirios y rosas en tonos morados y blancos, recogiéndo­se en la Iglesia de San Cayetano una vez agotadas todas sus lágrimas.

Puntual, a las ocho de la tarde comenzó otra de las clásicas procesione­s de Martes Santo en la capital aragonesa, la del Traslado del Cristo del Refugio. La Hermandad del Refugio entregó el Cristo a la cofradía de la Piedad. Una talla del siglo XVII que como siempre recuerdan sus fieles «es el Cristo del Refugio, el de La Piedad, el de los gitanos y el de todos los zaragozano­s». Este recorrido transcurri­ó por el centro de la capital aragonesa dejando bonitas estampas por la plaza Salamero, así como por el Coso y la calle Alfonso. La del Traslado se solapó en el tiempo con la procesión de la cofradía de la Oración del Huerto, que, como acostumbra, dejó pequeñas novedades muchas veces solo perceptibl­es para los verdaderos expertos de la Semana

Santa zaragozana. La Virgen de la Confortaci­ón lució un traje negro que era una recreación de una Virgen Dolorosa de la ciudad del siglo XVIII. Además, el Cristo volvió a salir este año con la cabeza cubierta y un vestido hebreo. Las flores escogidas esta vez destacaron por sus colores vivos con tonos naranjas rosas y amarillos.

Además de esta cofradía, otras como la Verónica, la Sagrada Eucaristía, la Crucifixió­n del Señor y la del Cristo Despojado realizaron sus respectivo­s vía crucis durante una noche fresca, pero seca en las calles de la capital aragonesa. El de ayer fue un Martes Santo en

La jota fue protagonis­ta y se mezcló con los sonidos típicos

Zaragoza de los más multitudin­arios de los últimos tiempos, quizá influencia­do por las ganas con las que se quedaron el lunes los amantes de la Semana Santa de poder disfrutar de sus días favoritos del año. Por suerte para ellos, y en la medida que el tiempo lo permita, todavía quedan muchos días y muchas procesione­s para deleitarse e intensas emociones por sentir.

 ?? Laura Trives ?? Uno de los momentos más emotivos se produjo a las puertas del Hospital Miguel Servet.
Laura Trives Uno de los momentos más emotivos se produjo a las puertas del Hospital Miguel Servet.
 ?? Laura Trives ?? La cofradía de la Piedad hizo retumbar las calles.
Laura Trives La cofradía de la Piedad hizo retumbar las calles.
 ?? Laura Trives ?? El Cristo del Refugio.
Laura Trives El Cristo del Refugio.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain