La emoción se apodera de la plaza del Pilar en el Encuentro más esperado
La lluvia no impidió uno de los momentos más apasionantes de la tradición zaragozana en un día en el que las cofradías pudieron salir a la calle
Las previsiones decían que el Miércoles Santo era el día en el que parecía que el cielo iba a dar más tregua en lo que está siendo, y se espera que sea, una Semana Santa pasada por agua en Zaragoza. Y, no sin incertidumbre, los rezos de los cofrades dieron sus frutos y, a pesar de algunas gotas que obligaron a cubrir los pasos con plásticos, el Encuentro más esperado de la festividad religiosa pudo celebrarse y volvió a llenar las calles de la capital aragonesa un día más.
Pero todo ello no impidió que en el ambiente ya se notara que la Semana Santa está alcanzado su clímax. Las vacaciones que muchos trabajadores, y escolares, comenzaron ayer posibilitaron que, cuando Jesús Camino del Calvario y la Virgen de los Dolores se encontraron la plaza del Pilar pasados pocos minutos de la medianoche, los aplausos rompieran el respetuoso silencio que reinó durante uno de los momentos más esperados de la Pascua. Un silencio que solo rompieron los bombos, los tambores y las cornetas de las cofradías de la Hermandad de San
Joaquín y de la Virgen de los Dolores y la de Jesús Camino del Calvario, con sus miembros ataviados con sus mejores galas en el día grande de la Semana Santa para ellos.
1941 es la fecha clave del actual Encuentro, pues las cofradías de El Calvario y La Dolorosa reanudaron una tradición que anteriormente realizaba la Venerable Orden Tercera. Son ya más de 80 años los que el Calvario y la Dolorosa llevan caminando juntos en la noche zaragozana del Miércoles Santo con el destino de encontrarse. Ese cruce de una madre con su hijo fue la culminación de la histórica procesión, que comenzó puntual cuando pasaba media hora de las nueve. San Cayetano y Santa Engracia fueron el punto de partida de un desfile que congregó fieles en todo su recorrido. El Encuentro dejó atrás la incertidumbre de las horas previas y volvió a dejar patente el porqué de ser uno de los grandes motivos por el que la Semana Santa de la capital aragonesa fue declarada de Interés Turístico Internacional en 2014.
Mismo espacio
Precisamente en el centro de Zaragoza se cruzaron simultáneamente varias procesiones. Aunque la del Encuentro era la que más ojos cautivaba. Desde la parroquia de San Lamberto arrancó la procesión de las Negaciones. Desfiló por la avenida Madrid y por Conde Aranda hasta llegar hasta la plaza del Portillo, donde la cofradía de Jesús de la Soledad se detuvo para realizar su tradicional predicación antes de terminar pasada la medianoche.
Las cofradías de El Calvario y La Dolorosa acudieron puntuales a su cita emblemática
De la parroquia de San Felipe partió la procesión de la Virgen de la Amargura, en un trazado por el Casco Viejo de la capital aragonesa y con la plaza de San Roque como punto de encuentro, lugar donde se desarrolló el emotivo acto de La Amargura. Además, las cofradías de Nuestra Señora de la Asunción y Llegada de Jesús al Calvario, la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Señor Jesús de la Humildad y la del Santísimo Ecce Homo y de Nuestra Señora de las Angustias realizaron sus respectivos Via Crucis también con una mirada en el cielo. La lluvia amagó pero, por fin, permitió que todas las procesiones programadas llenaran las calles de Zaragoza de miles de fieles que quieren seguir vibrando al ritmo de los tambores.