Colombia expulsa a los diplomáticos argentinos tras los insultos de Milei
El mandatario argentino llama a Petro «asesino terrorista» y Bogotá reacciona recordando que no es la primera vez que ofende a su presidente El anarcocapitalista tiene otro frente abierto con Venezuela
El Gobierno de Colombia ordenó la expulsión ayer miércoles a los diplomáticos de la embajada de Argentina en respuesta a los insultos del presidente Javier Milei contra su homólogo Gustavo Petro. Las relaciones entre los dos países se han tensado desde la llegada al poder de la ultraderecha, el pasado 10 de diciembre. Milei no es la primera vez que embiste contra su colega colombiano. Petro, por su parte, había lamentado el triunfo electoral del anarco capitalista, quien acaba de subir el tono de sus opiniones durante una entrevista concedida a la cadena de televisión estadounidense CNN. «La carnicería que es Venezuela es verdaderamente inaudito (sic), lo mismo que la isla cárcel Cuba. Después hay otros casos que van camino a… Digamos como el caso de Colombia con el señor Petro, que digamos… bueno, mucho no se puede esperar de alguien que era un asesino terrorista, ¿no? Comunista». El ministerio de Exteriores ordenó primero el retiro del embajador en Buenos Aires, Camilo Romano. Acto seguido, la salida de los diplomáticos argentinos. «Las expresiones del presidente Argentino
han deteriorado la confianza de nuestra nación, además de ofender la dignidad del presidente Petro, quien fue elegido de manera democrática».
La Cancillería recordó también que «no es la primera vez que Milei
ofende al mandatario colombiano, afectando las históricas relaciones de hermandad entre Colombia y Argentina». Los roces también están relacionados con el intento de la ultraderecha de terminar con la gratuidad de los estudios
de los extranjeros latinoamericanos que se forman en las universidades de este país. De acuerdo con el diario El Tiempo, de Bogotá, en Argentina se encuentran 14.353 estudiantes colombianos, la gran mayoría de ellos en Buenos Aires.
En sintonía con el pensamiento de Donald Trump, de quien profesa una pública admiración, Milei intenta extender su influencia política en la región: Cuba, Venezuela, México y Colombia son sus «bestias negras» recurrentes. Por razones de vecindad ha excluido a Brasil y Chile, donde existen dos Gobiernos de signo progresista.
Milei ha abierto en las últimas horas otro frente con Venezuela. La embajada argentina en Caracas ha acogido a seis opositores de Nicolás Maduro en medio de las maniobras del Consejo Nacional Electoral (CNE) para dejar afuera de los comicios presidenciales a Corina Yoris, la candidata de la Plataforma de Unidad Democrática (PUD). Milei resolvió enviar integrantes de Gendarmería Nacional a la capital venezolana para custodiar el edificio.
Dos semanas atrás, Venezuela ordenó el cierre del espacio aéreo a los aviones argentinos, en represalia a la decisión de Milei de entregar a Estados Unidos un Boeing 747-300 de ese país, después de permanecer retenido en Buenos Aires durante dos años. El ministro de Exteriores de Venezuela, Yvan Gil, habló entonces del «Gobierno neonazi de Argentina» que, aseguró, «es sumiso y obediente con su amo imperial».