Sánchez se queda para trabajar por la «regeneración democrática»
El presidente decide seguir «con más fuerza si cabe» al frente del Gobierno y asegura que su reflexión tras el «acoso» a su familia es «un punto y aparte» Dice que su esposa no había leído la carta cuando la publicó
Pedro Sánchez se queda. Tras cinco jornadas de íntima reflexión sobre su futuro, sin apenas consultar con sus ministros y colaboradores más cercanos, el presidente del Gobierno anunció contra pronóstico ayer que continúa en el cargo. La movilización dentro y fuera del PSOE para que no tire la toalla, explicó, le ha dado fuerzas para continuar. También la convicción de que no podía dejarse torcer el brazo. Pero no seguirá como hasta ahora. Sánchez anunció que trabajará «sin descanso para la regeneración pendiente» de la democracia española, después de la campaña de «acoso» a él y su familia, especialmente a su mujer, Begoña Gómez. No concretó en qué se traducirá este nuevo impulso.
«He decidido seguir con más fuerza si cabe al frente de la presidencia del Gobierno de España», dijo Sánchez, que primero despachó con el Rey en el palacio de la Zarzuela y después volvió a la Moncloa, donde se reunió con la vicepresidenta primera, María Jesús Montero; el ministro de Justicia y Presidencia, Félix Bolaños; la portavoz y ministra de Educación, Pilar Alegría, y el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán.
«Esta decisión no supone un punto y seguido. Es un punto y aparte, se lo garantizo. Trabajaré sin descanso, con firmeza y con serenidad por la regeneración pendiente de nuestra democracia y por el avance y la consolidación de derechos y libertades. Solo hay una manera de revertir esta situación. Que la mayoría social, como ha hecho estos cinco días, se movilice en una apuesta decidida por la dignidad y el sentido común, poniendo freno a la política de la vergüenza que llevamos demasiado tiempo sufriendo», siguió, en una declaración sin preguntas. El jefe del Ejecutivo, por tanto, pide a los ciudadanos que continúen la movilización de estos últimos días.
En un nuevo movimiento que sorprende a propios y extraños, no habrá ni elecciones ni nueva investidura. El PSOE tenía pocas esperanzas depositadas en la continuidad de Sánchez. La inaudita carta que publicó en sus redes sociales el pasado miércoles, en la que se preguntaba en voz alta si «merece la pena» seguir al frente del Gobierno, dejó conmocionado a todo el partido, de arriba a abajo.
Sánchez ha pasado este tiempo sin apenas comunicarse con nadie de su entorno. Hubo intercambio de mensajes de cariño, pero poco más. Ningún indicio de lo que pensaba hacer, dentro de una actitud hermética que en el núcleo duro han querido respetar en privado. En público, en cambio, el Ejecutivo y el PSOE se han volcado en estas dramáticas jornadas en intentar persuadirle a través de los micrófonos de que debía continuar.
La máxima expresión de este cierre de filas fue el catártico comité federal que el PSOE celebró el sábado, con dirigentes dentro de la sede y simpatizantes en la calle gritando «¡presidente, quédate!». También los socios de investidura, con la excepción de Junts, se han dedicado a presionar a favor de la continuidad de Sánchez.
«Sé que la carta que les envié pudo desconcertar, porque no obedece a ningún cálculo político. Soy consciente de que he mostrado un sentimiento que en política no suele ser admisible. Pero hay veces en que la única forma de avanzar es detenerse, reflexionar y decidir con claridad por dónde queremos caminar. O decimos basta, o esta degradación de la vida pública determinará nuestro futuro, condenándonos como país», subrayó Sánchez, en una comparecencia que dejó una profunda sensación
«Voy a trabajar sin descanso y con firmeza y serenidad por la regeneración pendiente de nuestra democracia»
«Esta movilización social ha influido decisivamente en mi decisión»
«Llevamos demasiado tiempo dejando que el fango colonice impunemente la vida pública»
«Hay veces que la única forma de avanzar es detenerse»
«Asumo la decisión de seguir con más fuerza si cabe al frente de la Presidencia del Gobierno»
«Mi mujer y yo sabemos que esta campaña de descrédito no parará»
Pide que haya una movilización como la de estos cinco días «por la dignidad y el sentido común»
de alivio en el PSOE.
Si en esa comparecencia no hubo preguntas, el presidente se sometió por la noche a una entrevista en La1. «Han sido cinco días muy gratificantes», dijo en la cadena pública, donde también ofreció detalles sobre esas jornadas. Por ejemplo, desveló que redactó la carta sin consultarlo con sus colaboradores más cercanos. Tampoco se la dio a leer a su esposa, Begoña Gómez. Pero nada más conocerla, explicó el líder socialista, Gómez le transmitió que debía seguir al frente del Gobierno.
«Deriva de fango»
«Mi mujer, después de publicarla, fue la primera que me dijo que no dimitiera. Pero tenía que hacer esa reflexión íntima. Necesitaba parar y saber si esto merecía la pena. Indirectamente, también estaba buscando la respuesta de la ciudadanía. Si de verdad compartían conmigo la necesidad de revertir esta deriva de fango», explicó Sánchez, en referencia al crispado clima político actual, que se ha traducido en ataques a las sedes del PSOE, «bulos» por parte de «pseudomedios de comunicación», insultos por parte de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y denuncias como la de Manos Limpias.