El PSC respira aliviado y retoma su campaña en Cataluña
Los socialistas catalanes esperan la presencia del jefe del Ejecutivo el jueves en Sant Boi, en un acto que prevén será un baño de masas
Tras cinco días de vértigo conteniendo la respiración, el PSC respira aliviado. «El jefe está tranquilo», sostenían en la sala de máquinas de la calle de Pallars las horas antes de que Pedro Sánchez hiciera pública su decisión. Impertérrito, Salvador Illa procuró que no cundiera el pánico en las filas del partido, en cuya cúpula sí que había empezado a cuajar la desazón ante el escenario de afrontar la campaña con la salida abrupta del presidente del Gobierno.
El convencimiento de Illa fue en todo momento que, con o sin Sánchez, el PSC tiene los mimbres para ganar el 12 de mayo. Aunque el estado de ánimo no hubiera sido el mismo ni tampoco el grado de complejidad ni para la gobernabilidad catalana ni para la española, estrechamente vinculadas. No en vano el candidato, pese a darle apoyo incondicional en el terreno personal, dejó caer en el Comité Federal del PSOE que había que pensar también en la «estabilidad» que tanto promete en sus mítines tras una década al galope del procés. La orden dada fue arropar y desgañitarse en pedir que no hubiera dimisión,
pero también la de no sucumbir ante la premisa de que sin Sánchez en la Moncloa no podría haber Illa en la Generalitat. El tándem es deseado, pero no finalidad última.
El corazón en un puño
En el primer tramo de la campaña y pese a que no hay encuesta que cuestione su victoria, en el PSC han vivido con el corazón en un puño a sabiendas del filón que tiene Sánchez en Cataluña. Con la carta publicada en vísperas del arranque, saltó por los aires la planificación de un Illa aupado por el jefe de la Moncloa desde el minuto uno y en hasta cinco mítines. Ahora, lo esperan como agua de mayo en el acto planificado el jueves en Sant Boi de Llobregat y que puede convertirse en un baño de masas que se repita el sábado en Montmeló.