Las obras de la calle Manifestación ahogan las cuentas de las tiendas
El descenso de las ventas se hace notar en los resultados de los comerciantes y alguno de ellos incluso se plantea cambiar de zona
Las obras de reforma de la calle Manifestación de Zaragoza se están haciendo notar en las cuentas de los comercios de la zona. Su duración, de seis meses, y que casi toda la vía esté en plena transformación, con unas mallas que tapan los trabajos, ha causado que muchos transeúntes ya no circulen por ella y, en consecuencia, que bajen las ventas. Tanto, que alguno de los negocios allí ubicados incluso se plantea abandonar la calle e instalarse en otro lugar.
«Yo estoy mirando ya otros locales porque seis meses así, ni lo aguanto ni quiero aguantarlo», afirmó ayer Yolanda Campos, del sex shop Insinúa T, ubicado cerca del cruce con la calle Alfonso. Este negocio, según relató, desde que comenzaron las obras «ha pegado un bajón», con días en los que entran
«solo tres personas» y fines de semana sin que lo visite «absolutamente nadie».
Todo ello, a pesar de su cercanía con una de las principales arterias turísticas y comerciales del centro. «La tienda ya no se ve desde la calle Alfonso», destacó. «La gente no puede pasar por las aceras, están casi cerradas y entran dentro de la tienda para cederse el paso», se lamentó, en alusión al espacio dejado para transitar por esta vía. «No se puede pasar, han tapado completamente la visibilidad de la calle y del escaparate. No apetece ni venir a trabajar», insistió.
Ante estas circunstancias, sí que ve con buenos ojos que permitan a los comercios colocar un cartel en la calle Alfonso que anuncie las tiendas. «Si el ayuntamiento ha puesto unas vallas, que las aproveche
para invitar a la gente a venir», propuso. Actualmente ya hay algunos carteles de negocios dispuestos en la valla que corta el acceso desde la calle Alfonso, aunque la intención es que se instale uno con los logotipos de los comercios.
«Ahora solo ven la obra, si no ven calle ni por dónde pasar, no entran», afirmó también Elisa Neagoe, del supermercado Alcampo. En su caso, relató que ya conocían en qué iban a consistir las obras y sus posibles afecciones. «Es verdad que han bajado mucho las ventas, pero contábamos con ello», añadió. Con el actual escenario, Neagoe contó que, aunque no se plantean cerrar o irse a otro punto, sí que barajan posibles recortes. «No puedes mantener un negocio con los mismos gastos y facturando menos», concluyó.