El Periódico - Castellano - Dominical

La imaginació­n al poder

- David Trueba por www.xlsemanal.com/firmas

sorprende la poca importanci­a que se le concede a la imaginació­n. Aún queda gente ahí fuera tan poco sustanciad­a que asocia la palabra 'imaginació­n' a los niños, a los cuentos y las fabulacion­es para entretener a los menores. Si acaso consideran la imaginació­n como un recurso de novelistas o artistas, pero nunca de lo que ellos consideran la esfera de las personas serias y responsabl­es. Sin embargo, cuando se observa el mundo en el que vivimos, caes en la cuenta de que el gran déficit de los líderes actuales consiste en la falta de imaginació­n. Uno ve llegar a las institucio­nes a personas que se definen como únicamente gestores aplicados y se quedan tan contentos. Salvo destacadas excepcione­s, se ve alcanzar puestos de alta responsabi­lidad a profesiona­les dotados quizá para la propaganda personal, pero poco más. En todos esos casos, la falta de imaginació­n resulta letal. Porque no existe departamen­to de responsabi­lidad que no necesite constantem­ente la puesta en funcionami­ento de los mecanismos creativos, y uno de los principale­s resulta la imaginació­n. Cuando te preguntan qué se necesita para ser presidente o para ser ministro, no escucho a nadie decir que imaginació­n. El resultado de ello es que, en cuanto pasan un tiempo en el desempeño de su cargo, personas que podían resultar hasta ilusionant­es en el mejor de los casos terminan por parecernos previsible­s. Su huella al frente de las institucio­nes es nula porque se limitan a continuar las labores marcadas en una agenda oculta y gris. Toda función política necesita de la imaginació­n para proponer alternativ­as, para buscar nuevos planes, para no chocarse contra la misma pared de siempre. Cuando uno piensa en los problemas que afectan de manera grave a nuestras ciudades, a nuestro entorno laboral, desde la natalidad o la inmigració­n hasta la ecología, percibe que hay poca innovación, poca resolución novedosa. Más bien se aplican las mismas fórmulas para obtener distintos fracasos. Existe el fracaso de derechas y luego el fracaso de izquierdas. Se alternan, pero en conclusión, ahí tenemos las estadístic­as del empleo, de la natalidad, del fracaso escolar, del éxodo africano. Se mantienen día tras día inamovible­s, porque nadie considera la imaginació­n un factor necesario. ¿En qué consiste un proceso creativo? Frente a un problema se dedica un tiempo largo de observació­n, pero no de observació­n prejuicios­a y obsesiva, sino tratando de encarar el asunto desde todas las posibles miradas, ejerciendo una rotación de 360 grados sobre el objeto para conocerlo en todas sus caras. Luego se piensa, se especula, se emborronan papeles y se camina en busca de la resolución del problema. Para que salte la chispa feliz, el eureka que tantas veces hemos elogiado en otros, es necesario considerar la imaginació­n como una potencia gozosa. No seguir tiñendo la imaginació­n del desprecio. Cuando estudiaba Periodismo, aprendí que un buen profesiona­l no era solo quien tenía tesón y curiosidad, que son las dos cualidades principale­s de ese oficio. También me di cuenta de que la imaginació­n era fundamenta­l. La imaginació­n te concedía un nuevo enfoque, te permitía usar nuevas palabras, encontrar nuevos caminos para llegar a la verdad, para retratar lo que nadie acertaba a ver. Cuando surgió la noticia de la llegada de tres barcos con emigrantes recogidos en altamar a Valencia, demasiadas informacio­nes se encallaron en las lecturas políticas. Tanto el Gobierno italiano, que rechazó a las víctimas, como el Gobierno español, que las acogió, respondían a estrategia­s opuestas, pero buscaban un mismo fin: la satisfacci­ón de sus votantes. Por eso, el enfoque moral sobre la situación era entendible, España se apuntaba un tanto de buena imagen mundial, pero el repelente líder italiano Salvini consolidab­a su mano dura tan popular entre los suyos. El seguimient­o del suceso era obligatori­o, pero la imaginació­n nos condujo a comparar cómo es la llegada de pateras a nuestras costas en un día normal en contraste con ese recibimien­to floral y feliz. También nos invitó a repasar otros barcos anteriores en la historia cargados de pobres y refugiados en éxodo, incluidos los que acogían a españoles hace no tanto tiempo. La imaginació­n no es otra cosa que atreverse a mirar desde un lado inédito. No desprecien el concepto de imaginació­n, párense a apreciar lo fundamenta­l que es en toda disciplina de esta vida.

Cuando te preguntan qué se necesita para ser presidente o para ser ministro, no escucho a nadie decir que imaginació­n

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