El Periódico - Castellano - On Barcelona
GEORGE CLOONEY MÁS FAMA QUE CINE
El actor retoma su faceta como director con la poco aplaudida comedia negra ‘Suburbicon’
Pocas figuras públicas provocan devoción como George Clooney. Por su sonrisa y su estructura ósea perfecta. Porque posee el aura propia de quien va camino de una fiesta, con la cantidad justa de Martini en vena y seguro de ir perfectamente peinado. Porque encarna exactamente lo que la gente imagina al pensar en el perfecto galán de Hollywood: un tipo de elegancia algo anacrónica al que en cualquier momento podríamos localizar en la cubierta de un yate, con mocasines de borlas y be-
biendo Nespresso – what else?– o coqueteando con una azafata en la primera clase de un avión que vuela a la Costa Azul.
Un tipo cuyo carisma sexual no se ha visto mermado siquiera un ápice por su reciente matrimonio, al contrario: ser un hombre casado alejará de él el peligro de convertirse en otro Jack Nicholson, admirado como actor pero algo patético por su empeño en usar y tirar mujeres a las que dobla en edad. Y aunque sería impertinente sugerir que Clooney y su esposa están juntos por motivo alguno que no sea el amor, es innegable que enlazarse a una abogada de derechos humanos treintañera disipa cualquier sospecha que el actor haya acumulado en ese sentido. Su estrella, pues, brilla más que nunca.
El problema es que al público le re-
sulta mucho más fácil dejarse deslumbrar por el brillo de su imagen que tomarse en serio su trabajo. Sus películas más recientes – Tomorrowland (2015), ¡Ave, César! (2016) y Money Monster (2016)– han sido despreciadas por la crítica e ignoradas por el público, y ninguna de sus interpretaciones desde Los descendientes (2011) ha sido elogiada.
A excepción de Ocean’s Eleven (2001) y sus secuelas, el único taquillazo con Clooney como cabeza de cartel es La tormenta perfecta (2000), cuyo verdadero protagonista en realidad era una ola gigante. Si sus películas recaudaran un dólar por cada portada de revista o cada página color rosa que el actor protagoniza, obtendrían más dinero que en taquilla. Y en su filmografía no hay rastro de papeles que se hayan convertido en símbolos culturales. Tom Hanks fue Forrest Gump; Brad Pitt, Tyler Durden, y Tom Cruise, Maverick. Lo más icónico en la carrera de Clooney es Batman y Robin (1997), pero por los motivos equivocados.
Y su carrera como director no ha dejado de ir a menos: debutó con la estupenda Confesiones de una mente peligrosa (2002) y obtuvo seis nominaciones al Oscar con Buenas noches, y buena suerte (2005), pero su filmografía posterior incluye una película insoportable – Ella es
‘SUBURBICON’ ES UNA COMEDIA NEGRA SOBRE UN CRIMEN DOMÉSTICO Y UN RELATO RACIAL