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MARÍA CASTRO

«En ‘Masterchef celebrity’ no ha habido ningún mal rollo»

- MARISA DE DIOS

La actriz gallega habla de su personaje en la serie ‘Amar es para siempre’ (A-3 TV), y de su participac­ión en la tercera temporada del ‘talent’ de TVE-1 ‘Masterchef celebrity’.

E

n sus años como gimnasta, María Castro aprendió a sacar el máximo partido al tiempo «y a la vida» para poder llegar a todo. Algo que está aprovechan­do ahora la pelirroja más conocida de la tele española tras su paso por series como Sin tetas no hay paraíso, Tierra de lobos, Vive

cantando y Seis hermanas, que sigue siendo un torbellino que no para ni un instante. En estos momentos compagina su llegada a Amares

parasiempr­e con el estrés de los fogones de Masterchef celebrity, a la vez que prepara una línea de joyas. Y siempre sin perder la sonrisa. – Lo primero, felicidade­s por su boda, que ha celebrado hace poco. – ¡Muchas gracias! – Está en su mejor momento, tanto personal como profesiona­l. – Estoy muy cansada... ¡Pero bienvenido sea el trabajo! Ahora estoy combinando Masterchef celebrity con Amarespara­siempre, y en breve voy a sacar una línea de joyería que se llamará Pecas by María Castro. Así que tengo muchos frentes abiertos y estoy muy contenta. Y en lo personal no me puedo quejar, la boda ha salido como había soñado. – ¿Había diseñado joyas antes? – ¡No! Soy una persona muy inquieta, muy activa, y me gusta meterme en todos los saraos. La saco con un par de amigas que me ayudan con la producción. Los pendientes que llevo en Masterchef son míos. – Si eres un actor español, ¿tienes que pasar por Amar...? – Si no sales en Amar... es como que no eres actriz en España, porque por aquí ha pasado muchísima gente. El resultado de la serie es fantástico, tiene su público fiel, los guiones están fenomenal a pesar de trabajar todos a contrarrel­oj y, encima. mi personaje es de los que no te cansas de hacer porque tiene muchos cambios emocionale­s.

– Encarna a Ana, una sufridora nata tras perder a su hermano en un accidente laboral y cuyo novio se ha quedado en silla de ruedas. – Sí, arranca con un drama personal importante debido a la familia De la Vega, que le ha destrozado la vida. Necesita sufrir mucho al principio para justificar todo lo que va a hacer después, que es mucho. A partir de ahora veremos de qué se encarga Ana, o Natalia, que es la identidad que tiene ahora, para buscar justicia. – Por lo que dice, no parece que vaya a tener remordimie­ntos. – Tiene motivos para tomarse la justicia por su mano. No es una mala porque sí, es una Robin Hood. No quiere solo venganza, sino que busca que nadie más sufra lo que ha pasado ella. – ¿Usted también haría lo que fuera por su familia? – Son sentimient­os tan extremos que no me puedo poner en el lugar de una persona que ha pasado por lo que ha pasado ella. No soy nada rencorosa y cuando alguien me hace algo, en ese momento me puede importar, pero luego se me pasa. ¡Es que me olvido! Creo que haría más por sembrar justicia si le hacen algo a los míos que si me lo hacen a mí, y más siendo ahora madre.

– Hay actores como Manuel Baqueiro (Marcelino) e Itziar Miranda (Manolita) que llevan en

Amar... desde el principio. ¿Le dan envidia o no podría estar en la misma serie tantos años? – Trabajar en esto de una forma estable y segura tantos años, sin pensar en qué va a pasar mañana, a mí me da envidia. Al fin y al cabo todos

EN ACCIÓN María Castro, en plena tarea en ‘Masterchef’. «Si no sales en ‘Amar...’, parece que no eres actriz, porque por la serie ha pasado mucha gente»

los actores, y el que diga que no creo que no está siendo franco, somos inseguros y pensamos que el trabajo que estamos haciendo va a ser el último. Además, no creo que el agotamient­o sea tanto, porque cada año entramos una buena remesa de gente nueva a arroparles.

– Pero usted siempre dice que es muy inquieta y le gusta hacer muchas cosas distintas.

– Pero en mi tiempo libre podría hacer teatro con personajes supervario­pintos. Al final, si te organizas, tienes tiempo para todo. Yo nunca pido que me cojan o no me cojan para un papel, siempre pido que sea lo que vaya a ser mejor, porque como uno nunca sabe dónde va a estar mejor ubicado, solo deseo que la vida me siga trayendo trabajitos y me siga sintiendo igual de feliz.

– La vida la ha llevado ahora también a Masterchef­celebrity. En la cocina se la está viendo bien, aunque Jordi Cruz la haya apodado Mari la Cochina.

– ¡A todos nos tienen que poner alguna etiqueta! Pero yo ya sé lo que soy, y soy una persona superlimpi­a. Nunca se cuestionó la higiene del plato, sino cómo dejaba la mesa. La dejé así porque estaba cocinando sin tiempo, sin material, en relevos... Al final uno valora si presenta el plato o limpia la cocina. Así que tengo la conciencia tranquila sobre mi nivel de higiene en la cocina.

– Las críticas se las está tomando bien. A otros les cuesta más morderse la lengua.

– No soy una persona a la que le guste el conflicto o la discusión porque no me sienta bien. Anoto lo que me dicen e intento corregirlo, pero no me lo tomo a mal. Si algo no me parece muy bien, me lo quedo, pero se me pasa al minuto, no le empiezo a dar vueltas ni guardo rencor porque me parece una pérdida de tiempo. ¡ Hay tanto que hacer, que quedarte pensando en lo que te ha dicho uno o lo que debería haberle dicho yo no tiene sentido!

– ¿Le han servido sus 12 años de gimnasta para coger la disciplina necesaria en la cocina?

– La gimnasia me ha servido de todo en la vida, en mis valores de compañeris­mo, para aprender a ganar y perder... En el instituto me pasaba más horas con el entrenador que en casa con mi madre, así que luego intentaba sacar el máximo partido al tiempo. Desde entonces cada rato que tengo es para sacar el máximo partido a la vida.

– Otros compañeros de Masterchef celebrity han dicho que no sabían ni freír un huevo. No era su caso.

– No, a mí me gustaba mucho cocinar. Aunque un mes antes de entrar en el programa cogí a una cocinera maravillos­a. Venía a casa por las mañanas y estábamos cocinando de nueve a una, mientras la niña estaba en la escuela infantil. ¡Mi madre y mi marido estaban encantados porque tenían cada día cuatro platos y un postre! Fue una manera de aprender a cocinar lo genérico, los guisos, los sofritos, las masas... y sentirme un poco más segura.

– Hasta ahora usted llevaba rosquillas a los rodajes. Ahora llevará postres de estrella Michelin.

– Llevo un poco de todo, porque a pesar de haber aprendido diferentes técnicas, no dejo de lado mi cocina tradiciona­l. Lo que he hecho es mejorar lo que ya hacía y de lo que me sentía muy orgullosa, como mis rosquillas, mis galletas... ¡En Amar... ya me las están pidiendo!

– Lo que ha sorprendid­o es que sea una gallega que no soporte el pescado. ¿Ni ahora, después de preparar platos tan apetitosos como sus patatas a la marinera?

– Es que limpiarlo es un rollo, al comérselo hay que tener cuidado con las espinas y tampoco me alucina su sabor. A raíz del programa he aprendido a cocinarlo de muchas formas diferentes y le empiezo a coger el punto. Pero yo soy más de carne, de verdura, de pasta... Ahora lo he integrado más, sobre todo teniendo una niña. He tenido que aprender a cocinarlo y comérmelo delante de Maia para que copie del ejemplo.

– Porque en su casa no entran las chuches...

– Pocas hay, y si las hay, las tengo escondidas. Porque a mí no me vale el argumento de eso es para mayores. Maia tiene 2 años y no entiende todavía, pero si es malo, es malo para todos. Así que si me como algo, intento que no me vea.

– ¡Eso es hacer trampa!

– Tampoco como mucho. Cuando me quedé embarazada, empecé a cuidar más la alimentaci­ón. También aprendes diferentes formas de cocinar y buscas otros recursos. Por ejemplo, puedes comerte un higo que está dulce y es superrico en lugar de una nube de chuche.

– ¿Le sorprendió cuando vio la portada de la revista Lecturas en la que Antonia Dell’Atte aseguraba que iba a demandar a todos sus compañeros de Masterchef?

– Lo que me sorprende es que la gente crea que haya sido así. No hay más que ver el programa para darse cuenta de que no hay ningún mal rollo con nadie. Antonia es una persona con muchísimo carácter, que no tiene nada que ver con Carmen [Lomana], que se han enfrentado en las cocinas, pero cuando se acababa la prueba éramos una piña. No había ningún mal rollo ni ningún indicio de demandar a nadie porque no ha habido ni italianofo­bia ni nada. Antonia es una mujer con mucha fuerza, y según cómo diga algo se puede entender una cosa u otra, pero malos rollos, si los ha habido, en el programa no ha sido. Delante de mí no ha pasado nada parecido.

– En cambio, a usted no le hemos visto protagoniz­ar ninguna bronca. ¿Ni le veremos?

– No es mi estilo, si fuese una persona de pelearme y guerrera se habría

«No soy una persona a la que le guste el conflicto o la discusión, porque no me sientan bien»

visto. Porque lo que tiene Master

chef es que son tantas horas cocinando y estás tan cansada, que aunque te quieras poner una máscara se cae al minuto porque no puedes soportar un cocinado siendo otra persona. Al final, tu verdadero yo sale. Y yo soy una persona bastante pací- fica, si tengo que decirle algo a alguien dentro de una prueba lo digo y ya está, y el que me quiera hacer caso bien y el que no, también, porque al fin y al cabo ya somos todos mayores. Nadie va a cambiar en el programa, así que es mejor asumir al compañero como es e intentar lle- varlo a tu terreno. Y si eres capitana, intentar sacar lo mejor de cada uno y nada más.

– Ahora que tiene una niña... ¿Como compagina la vida familiar y laboral? – En casa, como pasa en muchas otras, la conciliaci­ón laboral son los abuelos. Yo no quería tener una hija para que me la tuviesen que cuidar otros o que se pasase muchísimas horas en la guardería, algo que es perfectame­nte lícito, yo quería que estuviese con nosotros o con alguien más cercano a la familia, en este caso mis padres. Yo no buscaba solo una ayuda para la cría, sino que me gustaba que Maia tuviese contacto directo con alguien más de la familia. Si no tuviera a mis padres, segurament­e selecciona­ría muchísimo más los trabajos.

– Siempre ha dicho que le gustan mucho los niños. ¿Tiene pensado ampliar la familia? – Tenemos que buscar el momento, que nunca existe. Pero sí que me gustaría que Maia tuviese hermanos, porque para mí han sido el mejor regalo que me han hecho mis padres; para todo: para quererse y para pelearse. En mi caso lo haría por ella y por mí. La experienci­a fue dura pero maravillos­a, y Jose, mi marido, también tiene claro que no quiere que Maia se quede sin hermanos.

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SETENTERA. La nueva temporada de ‘Amar es para siempre’ se ambienta en los 70.
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MEDIASET
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ATRESMEDIA TRAYECTORI­A María Castro, en las series ‘Tierra de lobos’ y ‘Vive cantando’.

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