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Valeria MAZZA «Me gusta el directo porque da una adrenalina especial»
Fue una de las tops de los años 90, época dorada de las modelos que brillaban como las estrellas de Hollywood, pero, lejos de la sofisticación, siempre ha destacado por su frescura y naturalidad. Tras esa etapa, Valeria Mazza (Rosario, Argentina, 1972) ha desarrollado en su país una carrera como presentadora y creado su propia marca. Pero, cumplidos los 50, decidió volver a la tele. Tras una breve aparición en Mask singer (A-3), escondida tras la máscara de Matrioska, copresenta ahora Bailando con las estrellas (Telecinco), que el sábado celebra su polémica final.
El concurso supone su vuelta a la tele española. Y se le ve en su salsa.
– – Me encuentro divertida, muy cómoda. Tenía muchas ganas de hacer televisión. Acercándome a mis 50 años –aunque no soy de hacer mucho balance– conversé con Alejandro, mi marido, sobre qué era lo que nos gustaría hacer. Y le dije que hacer tele. Entonces grabamos un documental, Valeria Mazza, un sueño dorado, que presentamos el año pasado con Paramount+, sobre cómo habíamos llegado hasta aquí en lo profesional y en lo personal. Fueron casi dos años de trabajo. Y buscando, buscando, aparece el Bailando. Me ha quedado en verso. Y aquí estamos. Mi hijo mayor, Baltasar, lleva un año viviendo en Madrid, así que puedo estar cerca de él. Además, es un formato que me gusta mucho. Me gusta el entretenimiento, la gente...
Pero cuando está tan tranquila charlando con los concursantes, viene Jesús Vázquez a cortarla porque no hay tiempo.
– – Los tiempos son tremendos. Pero me gusta el directo, porque le da una adrenalina especial. Y para el que está en casa mirando es una cuota de realidad. Que hoy creo que se valora mucho la autenticidad.
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– El formato tiene la cuota de baile y la de reality. Hay personajes que funcionan mejor en una faceta, otros en otra y otros en ambas. Yo leo los comentarios para ver qué piensa la gente y los fanáticos del baile dicen para qué hablan tanto, que bailen más, y otros se enganchan con las historias: que si el beso, que si le dijo… Tenemos personajes muy interesantes y hay tres que claramente han demostrado que están para ganar.
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¿Tiene un favorito? En estos programas se muestran mucho como personas. Usted lo ha hecho en su documental.
– En la profesión de modelo la gente tiene una imagen tuya de las fotos o la pasarela. Pero la moda me fue abriendo puertas para ir haciendo otras cosas. Me ha gustado hacer televisión, porque me ha dado la posibilidad de ser yo y darle contenido más real a esa imagen que tal vez la gente tenía de mí. Yo en este concurso soy más yo que nunca, me divierto y me equivoco y confundo los nombres, que eso es algo muy Valeria. Y los he ido conociendo. Mala es amorosa, simpática y más abierta y, después, te chocas con un Adrián, que es como una cebolla difícil de pelar. El formato les da la posibilidad de demostrar otra faceta diferente por la que les conocen.
«En `Bailando' con las estrellas me divierto y confundo los nombres, que es algo muy Valeria»
Incluso ha celebrado ahí su cumpleaños, y dijo algo que es oro: que no nos importe cumplir años, que celebremos la vida.
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«Jamás se me ocurriría ocultar la edad, porque cada año lo tengo muy bien vivido y disfrutado»
– Sí. A mí me encanta festejar cada cumpleaños, porque para mí es festejar la vida. Jamás se me ocurriría ocultar la edad o mentir con ella, porque me parece que cada año lo tengo muy bien vivido y disfrutado. Y estoy muy orgullosa de todo lo que he construido, de todo lo que he hecho y de la mujer que soy hoy con mis 52 años. No tengo nada que esconder. Además, cuando era chica pensaba que una mujer de 50 era como ¡wow, cuánto! Y hoy, al llegar a los 50, me siento plena, con muchas ganas y con mucha energía. Me siento feliz en el momento en el que estoy, porque de niña nunca soñé con estar en la tele ni ser famosa, sino con tener una familia, porque eso era lo único que tenía claro: que quería ser mamá. Y soñaba con ser maestra o con trabajar con personas con discapacidad. Cuando me mudé a Buenos Aires para empezar a trabajar en la moda, estudié terapia ocupacional. Esa es mi vocación.
¿La belleza puede servir para lograr lo que uno sueña con hacer?
– – La moda me dio, a través de la popularidad, la posibilidad de ayudar en diferentes causas y volver siempre a mi vocación. Y también he podido construir esa familia que siempre soñé. Estoy en un momento realmente de oro de mi vida en el cual me puedo dar el lujo de elegir los trabajos que hago y hoy, ya con mis hijos mayores, puedo decir que me voy tres o cuatro meses a España y hago este programa que me divierte y me encanta. Además, hacía mucho tiempo que no estaba aquí en televisión y poder volver y mostrarme... La verdad que me lleva por todos lados el celebrar la vida.
Dirige un programa de modelaje en la Universidad de Palermo.
– – Sí. Hace 10 años iniciamos un curso de imagen personal para chicas que querían ser modelos, pero nos sorprendió, porque no solo se apuntaron ellas, sino mujeres de todas las edades e, incluso, hombres. Funcionaba muy bien y hace cuatro años creamos la carrera de Comunicación de Moda. Yo no estoy ahí dando clases todos los días, pero voy tres o cuatro veces al año, porque me gusta transmitir mi experiencia. En este mundo de hoy lo que más ha cambiado en el mundo de la moda tiene que ver con cómo ha cambiado la comunicación. En mi época la moda era para unos pocos que tenían la posibilidad de sentarse a ver un desfile. Ahora, desde cualquier lugar del mundo, desde tu casa, puedes ver un desfile en vivo.
¿Seguirá trabajando en España?
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– Me gustaría volver a hacer tele aquí o en Italia. Siempre digo, un poco en broma un poco de verdad, que somos como gitanos. Dejé mi casa con 17 años y me fui a Buenos Aires, y con 18 me fui a Europa y luego a EEUU. Y volví a Argentina para poner la base allí en 2005, cuando nació mi tercer hijo, pero siempre nos seguimos moviendo y viajando. Nuestra casa es el mundo, aunque tenemos las raíces en Argentina.