Motivos para la excarcelación
No soy independentista ni nacionalista. No reconozco al Govern ni la inexistente república catalana. Creo que desde el independentismo se han quebrantado algunas leyes y eso, en democracia, no puede resultar gratis. Pero lo peor es que el independentismo se ha arrogado, en vano, el nombre del pueblo de Catalunya.
De momento, se ha producido una preocupante fuga de empresas, una peligrosa ruptura social y, ahora, el encarcelamiento preventivo de quienes han incumplido leyes y desoído requerimientos judiciales. Hay que ser muy inocente o muy cínico para no saber qué podían comportar esas actuaciones. Las decisiones hay que asumirlas con un mínimo de dignidad, así lo hacían quienes combatían el franquismo. Muchos sufrimos cárcel entonces o en los inicios de la transición, y algunos hasta murieron por la actividad contra los fascistas, como la dirigente estudiantil Yolanda González.
Me parece una sinrazón el encarcelamiento preventivo de los miembros del Govern; sinrazón jurídica por una parte, pues privar de libertad sin juicio a alguien solo se hace en situaciones límite que suponen un riesgo para la vida pública y que aquí no se dan. Y sinrazón política, porque la actuación del fiscal general del Estado me parece política, tanto en sus acusaciones de rebelión o sedición como en la expresión: «Bastante paciencia ha tenido el Estado de derecho», impropia de quien en defensa del Estado de derecho no debiera regirse por la impaciencia, tan peligrosa para la justicia y los derechos individuales. Son razones suficientes para defender la inmediata excarcelación de los miembros del Govern. ante el juzgado. Pero está libre, y la fianza es ridícula teniendo en cuenta que la cantidad sustraída es muy superior. Lo grave es que no se le ha exigido la devolución de lo defraudado, a pesar de haber sido sentenciado por prácticas corruptas. La decisión del juez pone en entredicho la independencia de la justicia del poder ejecutivo. Es obvio que al Gobierno del PP no le interesa tener a sus políticos en la cárcel, por eso, los juicios contra políticos del PP se eternizan, como el caso Gürtel. Y si entran en la cárcel, salen antes de tiempo, como Ignacio González o Bárcenas. Es evidente que la corrupción en España no tiene castigo.