Washington denuncia a Europa, China, Canadá, México y Turquía ante la OMC
denunció ayer ante la Or- ganización Mundial de Comercio (OMC) a la UE, China, México, Ca- nadá y Turquía por la aplicación de aranceles a sus exportaciones en respuesta a los gravámenes im- puestos por Washington a las im- portaciones de aluminio y acero. «Esta demanda está justificada dentro de la legislación estadouni- dense y de las normas de comer- cio internacional», dijo Robert Ligh- thizer, responsable de Comercio.
decisión de Washington coincidió con la denuncia presentada por Pekín contra EEUU por su decisión de imponer aranceles adicionales por valor de 200.000 millones de dólares a una lista de productos chinos. Estas nuevas tasas a Pekín tendrán un alcance muy superior a los gravámenes que ya entraron en vigor, por valor de 34.000 millones, que ya llevaron a China a presentar otra queja ante la OMC el pasado 6 de julio.
de Alemania, país contra el que Trump ha focalizado su rabia y a quien ha acusado en varias ocasiones de controlar Europa en beneficio propio. «Ya no podemos confiar plenamente en la Casa Blanca», advirtió a la prensa alemana el ministro de Justicia, Heiko Maas.
Mucho más comedido, el responsable de Asuntos Europeos del Gobierno de Angela Merkel, Michael Roth, abogó por hacer oídos sordos a los mensajes de Trump. «Debemos mostrar que podemos alcanzar el grado de coherencia necesario que necesitamos para ser tomados en serio porque la indignación sola no va a ayudarnos».
PONDERACIÓN NECESARIA También Francia y España optaron por ofrecer un mensaje más calmado. «Parece que todo el mundo es su enemigo. Hay que tomar las declaraciones del presidente Trump con ponderación», recomendó el ministro francés Jean-Yves le Drian. En la misma línea se expresó Josep Borrell. «Viene diciendo siempre lo mismo. No le gusta el multilateralismo. La UE es el sumun de ello y no ha ocultado que este invento de la UE no le gusta», agregó Borrell.
El jefe de la diplomacia española admitió, sin embargo, que ha habido un cambio en las relaciones trasatlánticas, aunque circunscribió la enemistad de la que habla Trump a la política comercial. «Creo que quería hablar de competencia comercial y que el término enemigo es una hipérbole», añadió.
La UE no quiere echar gasolina al fuego encendido por Trump, que ante su imprevisibilidad podría empezar a arder sin control. «No creo que nosotros seamos el enemigo, tenemos que mantener el vínculo trasatlántico lo más fuerte posible», reclamó el ministro de Exteriores checo, Jan Hamacek. La próxima semana, su presidente, Jean-Claude Juncker, viajará a Washington para reunirse con Trump y nadie quiere poner en riesgo la cita.
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