EXPRESIDENTE DE LA GENERALITAT
«La Crida va de dar el paso adelante que necesitamos para que todos juntos, con la fuerza de la unidad, podamos crear este movimiento», apuntó. También se leyó una carta del líder parlamentario de Junts per Catalunya (JxCat), Jordi Sànchez, preso en la cárcel de Lledoners, en la que asegura que la Crida «no es un llamamiento a refundar ningún partido ni espacio», sino «una apuesta por la transversalidad».
El acto contó con la presencia de numerosos dirigentes de JxCat, miembros del Ejecutivo catalán y dirigentes del PDECat –sentados en una discreta antepenúltima fila– así como familiares de los políticos presos o desplazados a Bélgica. También acudió el vicesecretario general de acción política, Eduard López. No pudo asistir el expresidente de la Generalitat Artur Mas, pero no por discrepancias con la plataforma.
El manifiesto fundacional hace un llamamiento a «constituir una organización de acción política basada en la radicalidad democrática» y «la transversalidad ideológica». El texto también se plantea que la Crida «pueda participar en todas y cada una de las citas electorales que se produzcan hasta la plena instauración de la república». Para dar forma a lo que Puigdemont definió como un «punto de partida», en otoño se celebrará una convención nacional constituyente de este nuevo espacio.
EVITAR EL CHOQUE Horas antes, la portavoz del PDECat, María Senserrich, evitaba el choque con la estrategia de Puigdemont, pero no concretaba si el congreso del partido del próximo fin de semana se unirá o no al nuevo instrumento. «Primero, que expliquen cómo lo plantean, cómo lo quieren hacer; estaremos y queremos también escuchar y saber cuál es el camino para ver cómo encajamos todo esto», se limitaba a apuntar. Mucho más clara fue ERC. La Crida es, según la portavoz republicana Marta Vilalta, un movimento propio de la «recomponsición» del espacio de centroderecha.
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«Los tiempos futuros dirán qué herramientas, hoy necesarias, tendrán que caducar o se tendrán que revisar»