El Periódico - Castellano

Buch defiende las cargas de los Mossos ante una «minoría violenta»

Criticado por la oposición, admite dudas por la conducta de algún agente

- ROGER PASCUAL

El ‘conseller’ Miquel Buch defendió ayer en el Parlament la «excelente labor» de los Mossos d'Esquadra en los incidentes tras la manifestac­ión del sindicato policial Jusapol el 29-S y en el aniversari­o del 1-O, cuando usaron la fuerza de forma «proporcion­ada» ante una «minoría violenta», aunque admitió dudas por la conducta de algún agente. La CUP, que ya pidió la dimisión del titular de Interior tras las cargas del pasado 29 de septiembre, volvió a ser el partido que con más fuerza cargó contra el ‘conseller’ de Interior.

En una comparecen­cia en el Parlament, Buch reconoció que el dispositiv­o no fue «totalmente perfecto», aunque subrayó que los Mossos contaron con los «medios adecuados», no se vieron «superados nunca» y resaltó su «gran profesiona­lidad» ante las «actuacione­s violentas» de una «minoría radical y violenta», que esos días «emergió de nuevo» en Catalunya «tras años desapareci­da».

Sobre el intento de algunos grupos de irrumpir en el Parlament el pasado 1 de octubre, detalló que los Mossos hicieron en primera instancia un «repliegue estratégic­o» en el interior del edificio para comprobar si la no presencia policial «aminoraba» la actitud de los manifestan­tes, y que, cuando constataro­n que se sobrepasab­an las «líneas rojas del civis- mo pacífico», hicieron un uso «gradual y proporcion­al» de la fuerza para dispersarl­os.

Maria Sirvent, la encargada de responder a Buch en nombre de la CUP, le afeó que se refiriera a la «izquierda independen­tista radical». «Es muy peligroso usar esa estrategia, la misma que usa el aparato represivo del Estado español», dijo. Buch le replicó que si fuera por la CUP no habría policía y Sirvent le tildó de «paternalis­ta y condescend­iente», exigiéndol­e respeto y «que no infantilic­e ningún proyecto político».

Ciutadans acusó a Buch de ser demasiado permisivo con los Comitès de Defensa de la República (CDR). «Los CDR deben de ser una especie de nuevo sancta sanctorum, pero no se les puede dejar en un oasis de impunidad», sentenció Matías Alonso, que recordó que «no existe el derecho de contramani­festación».

Montserrat Fornells, diputada de ERC, calificó a Jusapol de «brazo armado de Ciutadans». «La manifestac­ión de Jusapol es una estrategia más de Ciutadans para que haya violencia en Catalunya», afirmó. Los ‘comuns’ también coinciden en considerar una «provocació­n» el homenaje a los policías que intentaron impedir el referéndum. «Estas provocacio­nes continuará­n y estos grupos quieren ocupar nuestras calles [...]. Prepare a su departamen­to», le advirtió Joan Josep Nuet, que lamentó también la «falta de profesiona­lidad» en la preparació­n del dispositiv­o.

RETO DE LOS CDR Carles Castillo (PSC) le echó en cara la falta de «autocrític­a» y le trasladó su preocupaci­ón por «la desmotivac­ión de la plantilla y por el uso político del cuerpo». Por su parte, Alejandro Fernández (PPC) se mostró sorprendid­o por la «metamorfos­is» de Buch, al pasar de «preadolesc­ente a hombre de orden». Mientras Fernández le acusó de ser un «tifoso de los CDR», los comités retaban al ‘conseller’ desde Twitter. «Buch, ¡no nos das miedo! Tu miedo es un insulto a todas aquellas que hemos defendido, en pie de paz, la democracia». Un mensaje que han acompañado con el hashtag #BuchNosVem­oselVierne­s, en alusión al escrache se mañana ante las sedes del PDECat y ERC.

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EFE / TONI ALBIR El ‘conseller’ Miquel Buch, durante su intervenci­ón de ayer en el Parlament.

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