El Periódico - Castellano

#MeToo eclesial

- Riverola EMMA

Confiar a un pirómano la vigilancia del bosque. Eso es lo que ha decidido la Conferenci­a Episcopal. Solo que, en vez de bosques, está en juego el infierno de muchas personas. El infierno en vida, no el metafórico. ¡Qué triste, qué cruel, qué terrible humillació­n y desprecio por las víctimas! La comisión antipedera­stia creada por la Iglesia católica española será presidida por un obispo que encubrió abusos y que no expulsó al sacerdote autor de los mismos. Además, también colaborará con la comisión otro cura que, según el padre de una víctima, gestionó y archivó de forma «negligente» la denuncia de los abusos sufridos por su hijo.

Solo caben dos escenarios que lo expliquen: o la Iglesia ha sido incapaz de encontrar un solo miembro libre de culpa o la comisión es un capítulo más de la hipocresía histórica que ha protagoniz­ado. Es fácil concluir que estamos ante un grosero lavado de cara de la jerarquía. No hay voluntad real de asumir la culpa e implicarse en el combate contra la pederastia. Demasiados siglos de no predicar con el ejemplo. La presión de las víctimas ha hecho que, al menos, la Iglesia sienta la necesidad de hacer algo. Hace falta que sacerdotes y monjas rompan el silencio. Son muchos los que saben, los que han visto, los que intuyen. Quizá, también, son muchos los que han sido víctimas. Ante la burla de la comisión, solo cabe un #MeToo imparable.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain