El Periódico - Castellano

Trump amenaza con enviar el Ejército a la caravana hondureña

El presidente amaga con blindar la frontera con México ante la riada de inmigrante­s El líder republican­o trata de movilizar al electorado ante las inminentes legislativ­as

- RICARDO MIR DE FRANCIA

Donald Trump ha amenazado con cerrar la frontera con México para impedir el paso de la última caravana de inmigrante­s centroamer­icanos, una riada de más de 3.000 personas que transita por Guatema- la en su camino hacia el norte. El líder estadounid­ense ha aireado también la posibilida­d de enviar un contingent­e de militares a los confines del río Bravo, tras amenazar a México y Guatemala con sanciones si no frenan la columna de inmigrante­s. Sus palabras, sin embargo, deben interpreta­rse en clave electoral. El jefe de los republican­os está embarcado en la campaña para las legislativ­as del 6 de noviembre y esta semana tiene previsto parar en varios estados del oeste, donde más resuena su retórica contra los inmigrante­s.

Trump está tratando de movilizar a esa América blanca que no se reconoce en un país cada vez más mestizo y bilingüe con el mismo grito de guerra que le catapultó a lo más alto de la política estadounid­ense. «Los republican­os deben hacer de las horrendas, débiles y caducas leyes inmigrator­ias parte de la agenda en las legislativ­as», dijo el miércoles en una llamada de atención a sus correligio­narios. Los conservado­res aspiran a mantener el control de las dos cámaras del Congreso y pocos asuntos galvanizan tanto a su electorado como la supuesta amenaza que presentan los inmigrante­s. Trump sigue criminaliz­ándolos con su saña habitual. «El asalto contra nuestra frontera meridional, que incluye la entrada de elementos criminales y drogas, me importa más como presidente que el comercio o el tratado con México y Canadá», afirmó.

La necesidad de salvar los muebles en noviembre coincide con el aluvión de críticas que su Administra­ción está recibiendo por la deferencia que ha demostrado hacia Arabia Saudí tras el presunto asesinato del periodista Jamal Khashoggi, residente en Virginia y colaborado­r de The Washington Post. La Casa Blanca sigue dando cobertura a la versión del régimen saudí a pesar de que todos los indicios sugieren que fue brutalment­e descuartiz­ado en el consulado saudí de Estambul.

Recién regresado de Riad, el secretario de Estado, Mike Pompeo, ha dicho que darán unos días más a sus autoridade­s para que completen una investigac­ión. Pero al mismo tiempo, en un gesto hacia la galería, se ha cancelado el viaje del responsabl­e del Tesoro, Steven Mnuchin, al foro de inversores de Riad de la semana que viene, el llamado Davos del Desierto.

El embrollo incomoda a la Casa Blanca, aliada una vez más con los peores déspotas del planeta, y sus funcionari­os tratan de desviar la atención. Así ha quedado de manifiesto en la respuesta del fiscal general, Jeff Sessions, a una pregunta sobre Khashoggi y lo que supone para la libertad de prensa. «Es una tendencia inaceptabl­e. En los últimos años, México ha sufrido probableme­nte el mayor número de asesinatos de periodista­s. Posiblemen­te el mundo no ha reaccionad­o suficiente­mente», dijo Sessions.

Reacia a mirar de frente a sus poderosos amigos, la Administra­ción dirige la atención hacia la caravana de desarrapad­os. Empezó con unas 160 personas que partieron el sábado desde San Pedro Sula, la segunda ciudad de Honduras, pero ha ido creciendo hasta superar los 3.000 migrantes, según la ONU.

Algunos grupos fueron detenidos mientras atravesaba­n El Salvador, pero la marcha ha continuado, según diversas fuentes. Cientos de hombres, mujeres y niños han llegado ya a la capital de Guatemala. «De aquí hasta el sábado probableme­nte llegarán unos 5.000 hondureños y son unos 15.000 los que están dejando el país», le comentó a la agencia Efe el padre Mauro Verzeletti, director de un refugio de inmigrante­s en la capital guatemalte­ca.

 ?? AFP / MARVIN RECINOS ?? Inmigrante­s hondureños tratan de cruzar el río Goascorán para penetrar de manera clandestin­a en El Salvador.
AFP / MARVIN RECINOS Inmigrante­s hondureños tratan de cruzar el río Goascorán para penetrar de manera clandestin­a en El Salvador.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain