El Periódico - Castellano

Colau también esquiva el plan de derribo de pisos en Mallorca

El consistori­o inicia el diálogo y el templo dice que no renuncia a la gran avenida

- CARLOS MÁRQUEZ DANIEL SAGRADA FAMÍLIA

Ha sido siempre el tema más espinoso de la construcci­ón del templo de la Sagrada Família. Al margen de los debates sobre si este es o no realmente el diseño que tenía Antoni Gaudí en la cabeza, lo cierto es que el esquema que anhela el templo incluye una avenida que atraviesa dos manzanas de viviendas desde Mallorca hasta la Diagonal. Va de la mano de la construcci­ón de la fachada de la Glòria, que es de hecho la entrada principal de la basílica. Los anteriores gobiernos dieron patada al asunto. El actual va por el mismo camino.

En la presentaci­ón del acuerdo en- tre la institució­n y el Ayuntamien­to de Barcelona para que el templo invierta 36 millones en la ciudad en los próximos 10 años, los vecinos echaron de menos algo más de concreción sobre el tema que llevan años reclamando. La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, dijo que este asunto se deja para «una segunda fase», puesto que, avanzó, se ha creado otra comisión para abordar la manera de encajar las pretension­es de la Sagrada Família con los deseos de la capital catalana. También dejó este mensaje: «En el barrio hay una demanda de vivienda inmensa».

EN LA OTRA ACERA Es el asunto que trasciende a la manzana de la Sagrada Família y que tiene a centenares de vecinos de la calle de Mallorca inquietos desde tiempos inmemorial­es. Esa parte del proyecto está fuera de la fecha marcada en el calendario para que la basílica termine su expansión vertical, el 2026. En origen, se trata de un paseo que desde la Diagonal debería dar acceso a la entrada destinada a ser la puerta principal de la finca, la de la fachada de la Glòria. Es decir, donde ahora hay viviendas, el templo tiene previsto una avenida de más de 300 metros de longitud, tan ancha como el paseo de Gràcia. «Estamos impulsando una comisión de trabajo para estudiar los elementos y los instrument­os de planeamien­to urbanístic­o y así poder abrir el debate», sostuvo Sanz. Esa pantalla, sin embargo, ya la pasaron los gobiernos municipale­s anteriores sin que se consiguier­a una solución de consenso. O en otras palabras, la valentía política no dio para solucionar el principal problema del plan.

Es justo admitir, sin embargo, que en tiempos de Xavier Trias se estudiaron hasta ocho alternativ­as posibles, desde no hacer nada hasta derribar cerca de 850 viviendas. La más viable, del 2015, hablaba de 150 viviendas fuera y un paseo irregular de 20 metros de ancho. En cualquier caso, aquello requiere realojar a muchas familias que en ningún caso aceptarán nada que no esté en la misma zona. Una de las opciones que está sobre la mesa desde hace años es que el arzobispad­o, propietari­o de la Sagrada Família y parte interesada en esas expropiaci­ones, compre un solar de Agbar sito en el número 424 de Mallorca. En cualquier caso, esos inmuebles que entorpecen el dibujo de Gaudí están afectados por la biblia urbanístic­a, el plan general metropolit­ano, que en 1976 ya dejó fuera de ordenación estas parcelas a la espera de que la piqueta cumpliera los deseos de la Iglesia. Iba incluso más allá, con un aparcamien­to subterráne­o y una gran zona comercial.

Sobre la entrada de la Glòria, Esteve Camps, presidente de la Fundación Junta Constructo­ra, recetó «diálogo y contención», pero dejó claro que los impulsores de la Sagrada Família son «herederos del proyecto de Gaudí en toda su integridad», y como tales, no tienen intención de «renunciar a nada» del dibujo que legó el arquitecto antes de ser arrollado por un tranvía en Gran Via con Bailén.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain