El Periódico - Castellano

La dueña de los libros birlados en el Planeta

Algunos asistentes a la gala de Planeta que se llevaron libros antiguos pensando que eran de regalo ya los han devuelto a la librería Maldà + Suplemento­s + = + Descubre qué puedes ver este toda la semana con Teletodo o motívate con las mejores historias d

- LUIS BENAVIDES

Sin preguntas y sin reproches. Quienes se llevaron bastantes de los libros que decoraban las mesas de la última gala del Premio Planeta pueden devolver los ejemplares en la librería Maldà, situada en la calle de Aribau, sin necesidad de dar ninguna explicació­n. La entrega no conlleva ningún tipo de penalizaci­ón o sermón. Tampoco una mala cara por parte de la dependient­a. «Si lo prefieren, también pueden enviar los libros por correo o mensajero», explica su propietari­a, Gemma Xifré.

Varios asistentes a la cena literaria celebrada el pasado lunes por la noche ya han pasado por la tienda con alguno de los 500 ejemplares que la Fundación Fupar alquiló a la librería Maldà para embellecer las mesas. «No diré cuántos han venido ni cuántos han dejado. Ante todo, máxima privacidad. ¿Disculpars­e? No, no hace falta. Nadie tiene la culpa. Ha sido un malentendi­do», asegura en tono conciliado­r la discreta librera, apenada por el revuelo que suscitaron unos tuits en los que la fundación instaba a los asistentes a devolver los libros.

La Fundación Fupar, dedicada a la formación e inclusión sociolabor­al de personas adultas con diversidad funcional, lleva siete años tra- bajando con Planeta. «Sería una pena que tuvieran algún problema por esta anécdota», añade Xifré, quien ya ha recibido muchas cajas, llenas de libros, de la fundación. «Han llegado en perfecto estado, sin una sola portada arrugada. Volvería a trabajar con Fupar una y mil veces. Todo esto me sabe muy mal por ellos, porque montamos estos centros con mucho cariño, como un homenaje a la literatura», cuenta la librera.

Xifré no quiere hablar del núme- ro de volúmenes que faltan, y mucho menos del precio pactado por su alquiler. «He leído cosas que no son verdad. Como que eran incunables. Aquí tenemos libros muy variados, con precios que van de los tres a los 1.000 euros. Y los que enviamos eran anteriores a la década de 1940, con alguna cosa de finales del siglo XIX. Hay mucho desconocim­iento sobre el libro antiguo. Esta categoría incluye desde un libro de escuela a un libro erótico, pasando por recetarios», puntualiza.

«No quiero darle más bola al tema –remacha Xifré–, aunque entiendo que pueda tener su morbo. Solo pido a la gente que pueda tener uno de esos libros que piense en el trabajo que hace esta fundación». Si no aparecen los libros, ¿la fundación deberá pagarlos? Xifré evita responder. La pelota está en el tejado de los asistentes a la gala que confundier­on la decoración de la mesa con unos regalos.

Proyecto de vida

El alquiler de libros es un servicio habitual. «Para obras de teatro, para películas, para anuncios… Siempre es mejor alquilar libros que comprarlos y luego no saber qué hacer con ellos», cuenta la propietari­a de la tienda.

La librería Maldà antes era conocida como Guivernau. «Cogí la librería hace tres años y le puse el nombre de mi pueblo. Es el proyecto de mi vida», cuenta ilusionada esta amante de las letras. «Vine a Barcelona con 18 años para estudiar Humanidade­s y a los 22 ya trabajaba en ferias de libros antiguos. El oficio, como la tasación de libros, se aprende cada día, leyendo mucho, investigan­do y, sobre todo, escuchando a los veteranos», añade la también miembro del Gremi de Llibreters de Vell de Catalunya.

«No diré cuántos han venido. Ante todo, privacidad. Y no hay que pedir perdón», dice Xifré

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 ?? FERRAN NADEU ?? Conciliado­ra Xifré, la propietari­a de la librería Maldà, rodeada de libros antiguos, ayer.
FERRAN NADEU Conciliado­ra Xifré, la propietari­a de la librería Maldà, rodeada de libros antiguos, ayer.

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