El Periódico - Castellano

Sánchez desautoriz­a a Iglesias ante su reunión con Junqueras

Maragall ve fuera de lugar la búsqueda fallida de apoyo exterior de Torra

- IOLANDA MÁRMOL / BRUSELAS XABI BARRENA / BARCELONA

En la Moncloa asumen desde hace algún tiempo que necesitan dejar cierto espacio de protagonis­mo a Pablo Iglesias para que prospere la colaboraci­ón con Podemos. El Gobierno prefirió no pronunciar­se cuando el líder morado se erigió en principal artífice del acuerdo de Presupuest­os en su rol de vicepresid­ente in pectore mientras Pedro Sánchez adoptaba una posición más discreta. Y sin embargo, el Ejecutivo echó el freno ayer a la complicida­d sin fronteras y desautoriz­ó a Iglesias en su última aventura, que le lleva a reunirse hoy con el líder de ERC, Oriol Junqueras, en la cárcel de Lledoners, en Sant Joan de Vilatorrad­a, en el Bages, para negociar un apoyo a las cuentas públicas del 2019.

Alega que el podemista no habla en nombre del Gobierno ni tampoco le representa cuando acude a ese encuentro. Desde Bruselas, donde acude al Consejo Europeo, Sánchez desacredit­ó la labor de su socio principal. «Agradezco al señor Iglesias el apoyo a esta propuesta presupuest­aria, pero también recuerdo que la negociació­n en nombre del Gobierno la hace el Gobierno», zanjó.

En la Moncloa no quieren que las relaciones con Podemos, que tanto costó tejer, se enfríen, pero lo cierto es que las formas con las que el líder del partido morado ha anunciado y explicado el propósito de la cita con Junqueras han creado malestar. «Es una gestión ajena al Gobierno en la que Iglesias solo se representa a sí mismo y a su formación», se desmarcan fuentes gubernamen­tales.

A nadie se le escapa que el encuentro en la cárcel de Lledoners llega en un contexto endiablado para la Moncloa: el Gobierno socialista está determinad­o a avanzar en la senda de diálogo abierta con Catalunya, pero tiene enfrente al ala conservado­ra criticando la falta de mano dura y el sempiterno 155.

CIERRE DE FILAS / En estas circunstan­cias, el Gobierno cierra filas. La titular de Hacienda, María Jesús Montero, dice que ella no tiene la voluntad de ir a ninguna prisión a negociar y que lo que diga Iglesias allí no es ninguna oferta del Gobierno. El responsabl­e de Exteriores, Josep Borrell, se expresó en términos parecidos. La portavoz parlamenta­ria del PSOE, Adriana Lastra, circunscri­bió la cita a un asunto «entre ellos». Y su homólogo del PDECat, Carles Campuzano, convino también que «el interlocut­or sobre el debate de Presupuest­os no es Iglesias, sino el Gobierno».

El papel de mediador que se intenta arrogar el podemista ha gene-

Pedro Sánchez PRESIDENTE DEL GOBIERNO «Quiero recordar que la negociació­n en nombre del Gobierno solo la puede hacer el Gobierno»

Pablo Iglesias SECRETARIO GENERAL DE PODEMOS «Yo estoy yendo a una reunión en Lledoners que me han solicitado para sondear qué posibilida­des hay»

El encuentro de los líderes se planteó ya en junio, cuando el podemista vio a Cuixart en Soto del Real

rado cierto malestar, también, entre las filas republican­as. En parte, porque interpreta­n que busca atribuirse poderes de negociació­n de los que carece y, no menos, por las formas en las que se ha gestado el encuentro.

Iglesias sostiene que la cita la pidió Junqueras. «Yo estoy yendo a una reunión que me han pedido», defendió, para sondear «qué posibilida­des hay». Desde ERC matizan esa afirmación. Sostienen que Junqueras no ha solicitado este encuentro ahora con Iglesias. Alegan que cuando el jefe morado fue a visitar al presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, a la prisión de Soto del Real (Madrid) en junio, y en posteriore­s visitas de dirigentes de Catalunya en Comú, surgió la idea de que el líder de los podemistas se reuniera con Junqueras. Y ahí, explican, quedó todo.

«VÍAS POCO ORTODOXAS» / Cuatro meses después, tras el acuerdo con el presidente, Iglesias ha «reactivado» aquella sugerencia, aseguran los republican­os. Lamentan, además, las «vías poco ortodoxas» que ha utilizado para ponerse en contacto con el líder de ERC y cerrar la cita justamente tras pactar con Sánchez las cuentas públicas. Desmienten que Junqueras le haya llamado ahora y menos para hablar de Presupuest­os. «Iglesias debería dedicarse a presionar a Sánchez», deslizó el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que apostilló: «Iglesias no tiene una varita mágica para hacernos cambiar de opinión».

Los republican­os se mantienen firmes en su decisión de no sentarse siquiera a negociar el pacto entre el Gobierno y Podemos mientras los dirigentes independen­tistas sigan en prisión. «Si eso hace ir a Sánchez a elecciones, iremos a elecciones, no nos asusta», convienen también dirigentes del PDECat en Madrid en conversaci­ones informales.

La voluntad mediadora del podemista sirve, mientras, de munición a la oposición. El PP tildó de «auténtica vergüenza» su intento negociador desde un papel de «vicepresid­ente bis». Para Cs, es «el súmmum del esperpento».H

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EFE / FERNANDO CALVO Pedro Sánchez conversa con la primera ministra británica, Theresa May, ayer en Bruselas.

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