¿Patinetes eléctricos también en la carretera?
El mundo de la movilidad responde dividido ante la demanda mientras la DGT mantiene el veto Los ‘patinadores a motor’ creen que deben tener los mismos derechos y deberes que las bicicletas
Ante la pregunta, «¿Crees que debemos autorizar a los patinetes eléctricos a circular también por las carreteras?, el primer impulso te lleva a decir que no. Cuesta pensar en carreteras llenas de estos ingenios circulando al lado de camiones después de los problemas que está creando su invasión descontrolada de las ciudades. Consultadas las entidades más representativas del mundo de la movilidad, la opinión cambia. Algunos se oponen sobre todo por razones de seguridad, pero otros son partidarios de un sí condicionado. El debate no es un brindis al sol. La solicitud de poder transitar por la carreteras la han formulado los patinadores agrupados en la Asociación de Usuarios de Vehículos de Movilidad Personal (AUVMP) ante la Dirección General de Tráfico (DGT). Su presidente, el madrileño Juan Jiménez, sostiene que el patinete propulsado por una batería debería recibir el mismo trato, «los mismos derechos y deberes», que las bicicletas, que cada vez más a menudo incorporan también un apoyo eléctrico.
Desde el punto de vista de la seguridad cree que este tipo de vehículos son mejores incluso que las bicicletas, al estar más cerca del suelo y con los pies desganchados de un pedal. «Tienes más capacidad de reacción», asegura. Él lleva 10 años montado en todo tipo de patinetes autopropulsados y la caída más dañina la sufrió en una bicicleta.
«Yo que vivo en una urbanización de las afueras de Madrid no puedo cogerlo para ir a comprar el pan al pueblo, que está a dos kilómetros, pese a que llevo casco, luces incluso de freno y chaleco reflectante», lamenta. Parece que, como mínimo para efectuar trayectos cortos, no debería haber inconveniente. Jiménez dispone de un variado número de modelos, entre ellos uno más adaptado para circular por rutas interurbanas, con la rueda delantera muy grande (ver foto), pero si ahora los saca a pasear por cualquier carretera se arriesga a ser multado.
DGT: PENDIENTES DE LA CLASIFICACIÓN DE LOS VEHÍCULOS
Estos y otros argumentos ha puesto su entidad sobre la mesa de la DGT, que por ahora no piensa pronunciarse, manteniendo la actual prohibición. La tarea que se ha marcado este organismo en primer lugar es clasificar estos vehículos en diferentes tipos, según su velocidad máxima, su potencia y otras características, según explicó la subdirectora de Vehículos de la DGT, Susana Gómez. Una vez entre en vigor esta nueva clasificación, en el plazo de unos seis meses, será el momento de plantearse si se da luz verde para que algunos de los modelos salgan del ámbito urbano. «No podemos decidir por donde pueden circular sin saber primero de que tipo de vehículos estamos hablando», zanjó la subdirectora.
RACC: MÁS INCONVENIENTES QUE VENTAJAS
Por su parte, los automovilistas están divididos. Lluís Puerto, director técnico de la Fundación RACC (Real Automóvil Club de Catalunya) cree que «no sería una buena idea» autorizar la circulación de patinetes fuera de las ciudades. «Ahí no tienen sentido porque no atienden a ninguna necesidad de movilidad, pero en cambio comportan unos riesgos superiores», señala. «Con su velocidad máxima de 25-30 km/h que se establecerá interferirían en el tráfico rodado, mientras que su poca estabilidad y el escaso agarre de sus ruedas en pisos mojados les convierte en muy vulnerables». Los inconvenientes superan a las ventajas, en resumen, según el club de automovilistas con sede en Barcelona.
RACE: UNA REALIDAD ANTE LA QUE HAY QUE TOMAR MEDIDAS Desde el RACE (Real Automóvil Club de España) se ve desde otra óptica. Su portavoz, Antonio Lucas, cree que el uso de los patinetes también en vías interurbanas será una realidad a la que habrá que acostumbrarse pero antes hay que tomar medidas de protección. «Si los peatones y los ciclistas ya están autorizados para circular por las carretera, los patinetes seguramente también acabarán utilizando estas vías», advierte, y añade que lo importante sería incidir en la formación, la concienciación, el equipamiento de seguridad que deben llevar y la adecuación de unas infraestructuras que están diseñadas para la circulación de vehículos, de forma que los separe y proteja de la zona de tráfico. «Lo más importante debe ser la búsqueda de la seguridad de todos los usuarios, y no incluir más riesgos de accidentes en la vía», opina.
Tráfico demora la toma de decisiones a riesgo de que la realidad desborde la legislación
FUNDACIÓN PONS: INTEGRACIÓN EN LA RUTA
Ramón Ledesma, asesor de Pons Seguridad Vial y exdirector de Normativa de la DGT, es claro partidario de integrar las nuevas formas de movilidad también en la carretera. «Hay que tender a igualar las normas para
los patinetes con las que rigen para la bicicleta (casco, edad mínima, luces)», señala, y advierte que «por lo general estas asociaciones no piden nada raro. No van pedir algo que les ponga en riesgo y sus ideas suelen ir por delante de las de la administración», advierte. ► CICLISTAS: DIVISIÓN DE OPINIONES ¿Y que dicen los ciclistas? También están divididos. La mayoría de asociaciones ven con buenos ojos la llegada de estos nuevos compañeros en sus carriles bici, hasta el punto que la entidad que preside Juan Giménez forma parte de la Coordinadora Ciclista de Madrid. Pero Con Bici, una de las más importantes, cree que se están confundiendo los términos. «Los patinetes son vehículos a motor y como tal deberían ser tratados. Los carriles bici son para la movilidad activa, la que fomenta la salud», advierte. Y sostiene que si son vehículos a motor que no pueden ir por la calzada en las ciudades (así lo han establecido las nuevas ordenanzas de Madrid y Barcelona) «tampoco deben ir por las carreteras», explica Ricardo Marques, representante en España de la Federación Europea de Ciclistas (ECF).
Roger de la Primavera, el barcelonés que preside la Asociació d'Usuaris per a la Mobilitat Personal (AUMP) de Catalunya, opina que este tipo argumento nos lleva a «una discusión de besugos». «Yo me desplazo, no voy a hacer salud, es un sistema de movilidad sostenible y punto», sostiene. Cree que la mayoría de ciclistas lo entienden. Solo una vez se ha topado con uno que le reprochó ser «un vago».
Su opinión es que los patinetes deberían autorizarse solo en carreteras donde la velocidad esté limitada a 50 o 60 km/h, algo que parece muy sensato. La DGT no tiene fácil tomar una decisión pero en cualquier caso no parece prudente demorarla, ni esperar a que haya accidentes para tomar medidas, no vaya a ser que la realidad desborde una vez a la legislación, como ha ocurrido en las ciudades.