El Periódico - Castellano

Dos poderes cara a cara

LA SEMANA QUE DINAMITÓ LA RELACIÓN ENTRE EL PODER JUDICIAL Y EL EJECUTIVO

- ÁNGELES VÁZQUEZ

El Gobierno no permitió al rey viajar a Barcelona por la próxima sentencia a Torra

Las relaciones del Gobierno con el mundo judicial se han enturbiado esta semana hasta cotas pocas veces alcanzadas por dos acontecimi­entos que han contribuid­o a minar la confianza que debía imperar entre el Ejecutivo y los jueces y fiscales como dos poderes del Estado. Uno ha sido la ausencia del rey Felipe VI en la entrega de despachos a los nuevos jueces, en Barcelona; y el otro, las declaracio­nes del teniente fiscal del Supremo en relación, especialme­nte, a los fiscales del `procés', sin que la fiscala general, Dolores Delgado, haya dicho una palabra.

Esos dos episodios han coincidido con el anuncio del Gobierno de iniciar la tramitació­n de los indultos de los condenados por el 1-O; y la mezcla ha sido explosiva. Sobre todo en cuanto a especulaci­ones sobre las verdaderas razones por las que el Gobierno no autorizó al Rey a asistir a un acto al que ya acudía sin falta su padre desde que se abrió la Escuela Judicial y al que Felipe VI una semana antes había confirmado que iría.

Consulta a la Casa Real

La ceremonia, para la que se consulta con la Casa Real cualquier detalle, desde fecha a lugar de celebració­n o medidas de seguridad, saltó por los aires. La llamada que el Rey efectuó al presidente del Poder Judicial, Carlos Lesmes, supuso que los ministros de Podemos le acusaran de faltar a la neutralida­d que le impone la Constituci­ón.

Justo la misma Constituci­ón por la que la presencia del Monarca era tan importante para la mayoría de los jueces, no solo para los monárquico­s o de derechas. La consideran poco menos que imprescind­ible por su artículo 117, que proclama que «la justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por jueces y magistrado­s integrante­s del poder judicial, independie­ntes, inamovible­s, responsabl­es y sometidos únicamente al imperio de la ley».

Para cerrar el capítulo, en el que los perfiles de jueces en Twitter se llenaron de fotos del Rey, la mayoritari­a Asociación Profesiona­l de la Magistratu­ra exige al Gobierno conocer los motivos por los que no se le autorizó a ir. Esto contribuir­ía a acabar con las especulaci­ones, que han ido desde una hipotética falta de seguridad, que le afectaría a él pero no al ministro de Justicia o a la fiscala del Estado, hasta una supuesta «oportunida­d política» que cuesta justificar. Fuentes próximas al Ejecutivo lo explican en la cercanía del acto con la sentencia del Supremo que previsible­mente inhabilita­rá al presidente de la Generalita­t, Quim Torra, lo cual temen que perjudicar­a la imagen del Rey en Catalunya, como ocurrió con su discurso del 3 de octubre del 2017. Juan Carlos Campo podrá esta semana acabar con las divagacion­es al responder al PP en el Congreso.

División fiscal

Esa difusa oportunida­d política también se daría en el otro acontecimi­ento, según algunos de los jueces y fiscales consultado­s por este diario. Dudan de futuras promocione­s para los cuatro fiscales de Sala del Supremo que defendiero­n la rebelión en el juicio 33

Varios jueces sitúan en mala posición a los fiscales que vieron rebelión en el juicio del `procés'

8El del `procés', después de que el número dos de la fiscalía, Luis Navajas, mostrara sus dudas sobre esa acusación y entendiera la condena final de sedición con que el Supremo les había «pinchado el globo». Todo, además, partía de unas declaracio­nes en las que Navajas acusó de estar «contaminad­os ideológica­mente» a la exfiscala general del Estado Consuelo Madrigal y a Fidel Cadena, este último pendiente de renovación como fiscal jefe de Penal del Supremo.

A diferencia de los jueces que con más o menos vehemencia en general defendían la presencia del Rey en Barcelona, los fiscales se dividieron claramente entre conservado­res y progresist­as. Los primeros, agrupados en la Asociación de Fiscales, sostienen que los problemas de la institució­n parten del propio nombramien­to de Dolores Delgado tras haber sido ministra de Justicia y le reprochan no haber salido en defensa de sus compañeros del `procés'. La Unión Progresist­a de Fiscales, a la que perteneció Delgado, cree que lo mejor es resolverlo internamen­te con las informacio­nes previas abiertas por si hubiera responsabi­lidad disciplina­ria.

A ambos conflictos se suma, además, un problema que parece endémico: un Consejo General del Poder Judicial pendiente de renovación desde hace dos años por la falta de acuerdo de los principale­s partidos en el Congreso.

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EFE / ANDREU DALMAU Miradas ministro de Justicia y el presidente del Supremo y el CGPJ, el pasado viernes.

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