El Periódico - Castellano

La Fira tira de sus ahorros para capear la crisis

Los resultados de otros años permiten a la entidad sortear el periodo de parón El regreso de los grandes salones no será hasta abril, con Seafood

- AGUSTÍ SALA

El cambio de fechas de marzo a junio del Mobile World Congress (MWC) 2021, el salón de mayor proyección de Fira de Barcelona, obliga a esta institució­n a mantener sus planes de contingenc­ia para superar la crisis provocada por el covid-19.

Los recursos propios generados, gracias a los resultados de los ejercicios anteriores, son la herramient­a que está ayudando a la institució­n, que se basa en un modelo de cooperació­n de las distintas administra­ciones y colaboraci­ón público-privada, a pasar el temporal que durará al menos hasta el próximo abril.

Para entonces está prevista la primera edición de Seafood, la mayor feria del mundo de productos del mar, que antes se celebraba en Bruselas. Por ahora, ya ha sido la primera entidad ferial de España que ha retomado la actividad presencial con BizBarcelo­na y el Salón del Empleo, celebrados esta semana. Pero los grandes salones no volverán hasta bien entrada la primavera próxima.

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CRÉDITO ICO Y ERTE Y es que el peso de la Fira en la economía catalana es innegable, con un impacto de unos 4.600 millones de euros anuales, según un estudio de la Universita­t de Barcelona. Solo el MWC, cuya celebració­n se ha alargado un año más, hasta el 2024, para compensar la cancelació­n de la edición del 2020, aporta 500 millones anuales.

Mientras la vuelta a la actividad no se normaliza, la entidad tiene que tirar de ahorros. Además puso en marcha un expediente de regulación temporal (erte) de plantilla con una rebaja media de sueldo y jornada de entorno del 50% para sus casi 400 empleados. Y pidió un crédito de 30 millones con aval del ICO pese a «una sólida situación financiera», para utilizarlo en caso de necesidad. Lo mismo que han hecho miles de empresas.

«Muchos años de buenos resultados y de buena gestión nos permiten aguantar esta situación», explica el director general de la entidad, Constantí Serrallong­a. A principios de la anterior década, la facturació­n de la Fira se situaba en unos 114 millones de euros. La progresión no ha parado hasta el récord de 220 millones del año pasado. Y lo mismo pasa con el resultado operativo: de los 11 millones de principios de la anterior década a 24,7 millones en el 2019. En el 2018 alcanzó los 30 millones. Gracias a ello, se puede cubrir la brecha de un ejercicio, el del 2020, que consideran de «transición» y con unos ingresos que serán simbólicos, no solo para la Fira sino para todo el sector.

Además de volver a poner en marcha salones presencial­es, los salones virtuales son la herramient­a de la que se está valiendo la Fira para no estar parada. «El mundo digital lo tenemos como un complement­o, pero también como una palanca, ya que permite que la audiencia sea mayor de cara a ganar participan­tes el año que viene cuando sean presencial­es», explica Serrallong­a.

Es lo que se ha hecho con el Valmont Barcelona Bridal Week, de moda nupcial; y que se repetirá con la feria del libro Liber, en octubre, y el Smart City Live, en noviembre. Además, crea nuevas citas para cubrir necesidade­s de sectores, como el FHG Fórum este lunes y martes, combinando actividad presencial y virtual, para repensar el sector alimentari­o, turístico y gastronómi­co.

Y es que, tras la cancelació­n de la edición del 2020 del MWC en febrero pasado, se produjo la suspensión en cascada de todos los grandes salones y congresos previstos, algo que pasó en todo el mundo por la crisis sanitaria. El

BizBarcelo­na y el Salón del Empleo han sido las primeras citas presencial­es desde marzo pasado

La institució­n utiliza las ferias virtuales para generar actividad y ganar visitantes en el futuro

MWC aporta en torno a un tercio de los ingresos de la Fira, si bien ha ido reduciendo su peso gracias a una política de diversific­ación y a la entrada en nuevas actividade­s y salones. Este parón ha durado hasta este mes, con BizBarcelo­na y el Salón del Empleo, primeras ferias presencial­es desde marzo.

Pese a ello, el nivel de actividad seguirá bajo, con ferias más locales hasta que el Seafood, en abril, dé paso a otros grandes salones que, si el virus no lo impide, permitirán recuperar buena parte del negocio perdido. En mayo llegarán el Automobile, el renovado salón del automóvil; y Alimentari­a, que debería haberse celebrado en abril pasado. Luego se celebrarán la mayor feria au

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El salón Mobile World Congress en su última edición.

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