En banca, el tamaño sí que importa
Lo hemos visto, lo estamos viendo y lo veremos: en banca el tamaño sí que importa. En la absorción de Bankia por parte de CaixaBank, aprobada por sus consejos de administración y que ahora deben ratificar sus juntas de accionistas, se ha seguido el guión. Los inspiradores son los supervisores, el Banco de España y el Banco Central Europeo (BCE) y el Gobierno, que no esperan precisamente uniones entre bancos similares sino que los grandes se coman a los pequeños. Isidre Fainé, presidente de la Fundación La Caixa y Criteria, el principal accionista de CaixaBank, banquero hábil y de larga trayectoria, ha sabido interpretarlo perfectamente y anticiparse a cualquier otro mooficinas vimiento. Quien da primero...
Esta película ya la hemos visto: el comprador se impone. Aquello de las «fusiones entre iguales» se dice pero no se hace, no solo en la banca sino en cualquier integración en la que una compañía grande compra otra menor. CaixaBank y el logotipo de la estrella de Miró será la única marca que quede de la unión, como sucedió con la integración del Santander y el Central Hispano. No queda ni rastro del segundo. Y en el caso del BBV y Argentaria, de este último solo queda la A, pero esta empieza a perder definición en su logotipo.
En un contexto duradero de tipos de interés en mínimos históricos, en banca, la mejora de eficiencia y rentabilidad llega en la mayoría de los casos creando entidades más grandes. Luego ha de ser tarea de organismos supervisores fuertes, creíbles e independientes velar para que un mercado con menos actores no sea contraproducente para los consumidores.
Los bancos están reinventando su modelo de negocio, no solo por la estrechez de los márgenes sino por el acecho de las tecnológicas como competidoras. Quizás por ello estamos asistiendo a nuevas estrategias que empiezan a cambiar el perfil de los ejes comerciales en las ciudades. Los bancos relevan a tiendas y otros establecimientos.
A la creciente digitalización, los grandes bancos suman ahora como hecho diferencial grandes en las que convergen todos los canales para los clientes, con distintos atractivos, desde salas donde reunirse a cafeterías e incluso restaurantes. Lo ha hecho CaixaBank con las store y luego las grandes oficinas All in one, el BBVA con la evolución de los Centros de Banca de Clientes del BBVA y el Santander con las sucursales-cafeterías (Work Café). Hace unos años los bancos regalaban cuberterías, hoy ofrecen grandes espacios incluso de ocio. Todo vale para rentabilizar los miles de locales que tienen. Y si eso sirve no solo para retener a los clientes sino para atraer a otros nuevos, mejor. Lo dicho, el tamaño sí que importa.
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