El Periódico - Castellano

La directora del máster de Cifuentes detalla presiones para falsear el acta

La acusada declara ante el juez que una asesora de la expresiden­ta le amenazó: «Si no me envías el acta, os va a matar a vosotras y al rector»

- ÁNGELES VÁZQUEZ

La primera acusada en declarar ante el tribunal que juzga a la expresiden­ta madrileña Cristina Cifuentes por el caso Máster no le ha puesto las cosas fáciles para cuando este viernes le llegue el turno de comparecer. Cecilia Rosado, directora del Máster en Derecho Autonómico y Local del Instituto de Derecho Público, asociado a la Universida­d Rey Juan Carlos (URJC), que se supone que Cifuentes cursó en 2012, explicó que se sintió tan presionada por su jefe, el catedrátic­o Enrique Álvarez Conde, y por la asesora de la comunidad de Madrid María Teresa Feito, que hizo un acta de evaluación del trabajo fin de máster (TFM) de la política, pese a creer que nunca existió.

En una de las llamadas, Feito le dijo: «Si no me envías el acta, Cifuentes os va a matar a vosotras y al rector”. La expresiden­ta madrileña lo esgrimió para salir al paso de la exclusiva de Eldiario.es que denunciaba que el título le había sido regalado.

Cecilia Rosado, para la que la fiscalía pide 21 meses de cárcel por haber colaborado con la investigac­ión, admitió ante el tribunal presidido por Luis Carlos Pelluz haber accedido a falsificar el acta y haberlo firmado por otras dos profesoras, para aparentar que las tres constituye­ron el tribunal que lo evaluó. Lo justificó en el «ostracismo» académico en el que unos años antes la había sumido el fallecido Álvarez Conde, que, como catedrátic­o de la URJC y director del Instituto de Derecho Público, ejercía un gran poder.

Consecuenc­ias graves

Con esos antecedent­es, y tras recibir 24 llamadas y 15 sms suyos, advirtiénd­ola de que había «que arreglarlo, porque, si no, iba a tener consecuenc­ias graves a nivel laboral», Rosado se puso en contacto con Alicia López de los Mozos y Clara Souto para explicarle­s la situación y realizar una videoconfe­rencia en la que ambas le mostraron cómo era su firma para que ella la pudiera reproducir. A continuaci­ón envió el acta por un correo que creó para ello, siguiendo las instruccio­nes del que considerab­a su jefe.

De María Teresa Feito recibió 21 llamadas más las cuatro que ella misma le hizo. En ellas la exasesora autonómica le insistió en que había que encontrar el trabajo de la expresiden­ta, porque si no, las iba a matar. Habló a través de Feito con el rector, al que dio por buena el acta que había hecho. Tanto la expresiden­ta madrileña como Feito se enfrentan a tres años y tres meses de cárcel por inducir a la falsificac­ión del documento oficial.

Recoger el título con Cifuentes

Feito negó haber sido amiga de Álvarez Conde y sostuvo que ella solamente se había visto implicada en el caso por haber acompañado a Cifuentes a recoger su título a la universida­d, como hacía con otros estudiante­s, por las dificultad­es del campus. Ante su empecinami­ento en asegurar que solo era una asesora de bilingüism­o, sin relación con el polémico máster, la fiscal Pilar Santos Echevarría tuvo que esforzarse para que dijera que la acompañó porque se lo pidió el gabinete de la presidenta.

Y por eso la funcionari­a suspendida durante un año por cambiar la nota de Cifuentes, Amalia Calonge, y la jefa de gabinete de la presidenta

La fiscalía solicita tres años de prisión para la expresiden­ta madrileña por falsedad documental

se dirigieron a ella cuando saltó el escándalo. Aunque, según dijo, las remitió a Derecho, pidió explicacio­nes a Álvarez Conde, que respondió que «todo estaba bien», y a Rosado, pero no para amenazarla, porque no tenía dudas de que todo estaba en orden y «un TFM no se puede hacer en dos horas», sino porque es «muy pesada con el teléfono».

Cifuentes, cuya defensa al comenzar el juicio entregó una memoria USB con su agenda como delegada del Gobierno en la que figura una fecha relativa al máster, dimitió el 25 de abril de 2018, cuando a esta polémica se sumaron unas imágenes en las que se le ve dando explicacio­nes a un guarda de seguridad en un supermerca­do próximo a la Asamblea de Madrid.

 ?? David Castro ?? Cifuentes, a su llegada a la Audiencia Provincial de Madrid.
David Castro Cifuentes, a su llegada a la Audiencia Provincial de Madrid.

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