Una agenda eclipsada por el ‘impeachment’
Una vez tome posesión, Biden tiene en mente empezar a trabajar en un ambicioso programa que combina acciones ejecutivas y propuestas legislativas para sus 10 primeros días. Pero el juicio político a Trump marcará también ese inicio de mandato.
Joe Biden empieza mañana su mandato con una ambición acorde a la necesidad del momento crítico que vive Estados Unidos en lo sanitario, lo económico y lo político, pero también con un reto monumental: ponerse en marcha cuando el Congreso ha decidido someter a Donald Trump a su segundo impeachment. El momento y la forma del juicio político en el Senado aún no están fijados y cómo se determinen va a marcar el inicio de la nueva presidencia.
En las últimas horas se ha evidenciado esa ambición de Biden con el anuncio de 12 medidas preparadas para sus 10 primeros días en la presidencia. Entre ellas está el retorno al Acuerdo de París para combatir la emergencia climática, poner fin al veto a ciudadanos de países de mayoría musulmana, dictar un mandato para el uso de mascarillas en edificios federales y otras medidas contra el covid.
Además de decretos amparados en su autoridad ejecutiva, enviará al Congreso propuestas legislativas como un proyecto de reforma de leyes de migración que abrirá un camino a la regularización de 11 millones de personas sin papeles o el plan para otro mastodóntico paquete de ayuda y rescate para hacer frente al coronavirus de 1,9 billones de dólares.
El reto más inmediato para el demócrata, no obstante, es que la compleja transición y la pausa con que se han tomado los republicanos en el Senado las vistas y confirmaciones de nominados, que no han empezado hasta hoy, ha dejado de momento a Biden sin miembros clave de su Gabinete y otros altos cargos. Y tanto ese proceso de exámenes y ratificaciones como otras prioridades legislativas penden del impeachment.
Públicamente, Biden ha expresado la idea de que el Senado, que debe empezar el juicio en cuanto reciba el artículo que acusa a Trump de «incitación a la insurrección», bifurque su actividad y compatibilice el impeachment Trump con sus otras actividades, para lo que haría falta el improbable consenso de los 100 senadores, incluyendo los 50 republicanos. En privado, no obstante, el presidente electo ha dejado en manos de líderes como la presidenta de la Cámara baja, Nancy Pelosi, la estrategia de cómo proceder.
Altos cargos
Una posibilidad es que Pelosi retrase el envío del artículo hasta el día 25 o incluso más para priorizar la confirmación del Gabinete, donde Biden tiene interés en que se sitúen cuanto antes sus secretarios de Defensa, Seguridad Nacional, Tesoro y Estado, así como responsables de inteligencia.
Algunos demócratas quieren que el juicio político sea rápido, para facilitar el trabajo legislativo y también para forzar a los senadores republicanos a retratarse con su voto de condena o exoneración antes de que pase la indignación con Trump por el asalto al Capitolio que instigó.
Los tres impeachments anteriores en la historia duraron un total de 83, 37 y 21 días.
El Gabinete y el plan anticovid del presidente electo dependen del juicio político en el Senado