Navalni llama a sus partidarios a salir a la calle tras ser arrestado
Rusia reaccionó ayer de forma airada al clamor internacional exigiendo la liberación del opositor Alekséi Navalni. Mientras desde el exterior, una pléyade de dirigentes políticos y altos funcionarios de Europa y EEUU demandaba la excarcelación del bloguero y una investigación para hallar a los culpables de su envenenamiento en verano, responsables y portavoces del Ministerio de Exteriores ruso rechazaban de plano las demandas, invitando a las voces críticas a ocuparse de sus asuntos.
El bloguero había pasado la noche en una comisaría de Khimki, una ciudad-dormitorio cercana al aeropuerto, y fue presentado por la mañana ante el juez, quien decretó prisión provisional hasta el próximo 15 de febrero. El activista llamó a sus partidarios a «salir a la calle».
Las instituciones europeas condenaron con rotundidad la detención. «Las autoridades rusas deben liberarle inmediatamente y garantizar su seguridad», exigió la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, declaró que «la politización de la justicia» era «inaceptable». Las reacciones fueron similares en el Reino Unido y En EEUU.
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, aseguró que los países que critican al Kremlin solo buscan «desviar la atención» de sus propios problemas». La portavoz de Exteriores, Maria Zajárova, en un comentario en Facebook, invitó a Occidente a «respetar la ley internacional» y a «afrontar los problemas en sus propios países».