Las familias podrán pedir nuevas moratorias hipotecarias hasta marzo
Unas 600.000 personas se han beneficiado hasta ahora del aplazamiento de pago de tres meses a causa de la crisis del coronavirus
La vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, anunció ayer que las familias más afectadas por la pandemia podrán solicitar hasta finales de marzo una moratoria de tres meses que les libre del pago de su hipoteca o de un crédito de consumo. Hasta el momento unas 600.000 personas se han beneficiado de esta medida impulsada por el Ejecutivo, que evita pagar el grueso del préstamo durante al menos tres meses y a la que se podían acoger hasta finales de septiembre quienes hayan perdido sus empleos durante la pandemia o han visto caer de forma significativa sus ingresos.
Según anunció la ministra antes de su participación en la reunión del Eurogrupo, se abrirá una nueva ventana para que las familias soliciten esta medida, que permitirá que los más afectados por la crisis vean aliviada su carga financiera. «Aprobaremos en breve la extensión de las moratorias de los créditos hipotecarios y no hipotecarios hasta el 31 de marzo en línea con el marco europeo recientemente aprobado», dijo Calviño en declaraciones a la prensa por videoconferencia.
El Gobierno está trabajando además en la extensión del mecanismo de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ertes), añadió. Según los últimos datos publicados por el Banco de España, a finales de noviembre los bancos españoles habían concedido algo más de 1,38 millones de moratorias, tanto de créditos hipotecarios y de consumo.
Y es que a las casi 600.000 familias que cumplían con los requisitos fijados por el Gobierno y que por tanto pudieron acceder a «moratorias legislativas», se suman las familias que optaron a las concedidas a iniciativa de la banca, las «moratorias sectoriales».
Previsión de impagos
Los expertos del sector inmobiliario están advirtiendo desde el año pasado de que el actual escenario de crisis económica comportará un incremento en los impagos de préstamos hipotecarios, que puede derivar a una ejecución para saldar la deuda pendiente. Lógicamente, los despidos, los ertes y el aumento de la tasa de desempleo han elevado los riesgos.
Sin embargo, la tasa de morosidad bancaria se mantuvo hasta la recta final del año pasado bajo un cierto control, el 4,6% hasta el tercer trimestre, frente a un 5,1% del mismo periodo del año anterior. Y el dato de octubre conocido a finales de año se quedó en el 4,56%, frente al 5,09% del 2019. El caso es que la crisis no se ha traducido todavía en las estadísticas.
Las moratorias han sido efectivas para amortiguar ese impacto previsto en la morosidad bancaria, así como la ley reguladora del crédito inmobiliario, que ha creado un sistema que retarda la ejecución hasta que las cuantías adeudadas son elevadas. De esta manera, las ejecuciones hipotecarias se retrasarán previsiblemente hasta finales de este año.
Los expertos prevén además que las entidades financieras afronten el incremento futuro de impagos con métodos alternativos al desahucio y negocien salidas temporales a la situación. Entre estas, los expertos apuntan a las daciones en pago o los alquileres sociales de transición (pago de un alquiler moderado sin amortización de la deuda contraída)