La ‘ley Celaá’ de educación entra hoy en vigor
La LOMLOE -conocida como ley Celaá por el apellido de la ministra de Educación- ya es una realidad. La normativa, que entra hoy en vigor, es la octava ley educativa de la democracia y fue apoyada en el Parlamento por PSOE, Unidas Podemos, ERC, PNV, Más País y Bildu. Mientras, PP, Ciudadanos y Vox votaron en contra. Las puertas de los colegios concertados -que se sienten atacados por una norma que empodera la educación pública- siguen luciendo lazos naranjas, símbolo de los opositores al texto. A pesar de su entrada en vigor, habrá que esperar a los reglamentos que desarrollen la ley. Como estamos en mitad del año académico, muchos de sus artículos no se podrán aplicar hasta el curso 2021-2022.
La ley pretende convertir la educación pública en el eje vertebrador del sistema. Actualmente, la escolarización pública es del 67% mientras que la media de la UE alcanza el 81%. El objetivo es aproximarse al porcentaje europeo. En ningún momento, la ministra Celaá ha dicho que la LOMLOE implique la desaparición de los coles concertados. Pero la escuela concertada -centros de titularidad privada subvencionados con fondos públicos- está en plena guerra. Considera que la ley es ambigua y que deja en manos de las comunidades autónomas la posibilidad de quitar plazas en la concertada para aumentar las de la pública.
En los debates parlamentarios, el tema más espinoso fue, no obstante, el de las escuelas de educación especial. Todos los diputados de PSOE y Unidas Podemos aseguraron por activa y pasiva que estos centros no se van a cerrar, como afirman algunos. Los partidos políticos de la oposición y las familias de niños con necesidades especiales se han movilizado varias veces en contra. En su opinión, la norma es ambigua también en este aspecto y, en el fondo, pretende vaciar esos centros. La ley, efectivamente, apuesta por la inclusión como objetivo educativo. No habla de cerrar esos centros sino de conceder un plazo de 10 años para que los coles ordinarios se doten de recursos suficientes, ayudados por la experiencia acumulada de los centros de educación especial, como para atender a niños con algún tipo de trastorno.
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