El Periódico - Castellano

Trump, en su mensaje de despedida: «Volveremos de una manera u otra»

► El republican­o se va sin mirar a la cara a su sucesor ni pronunciar su nombre en público ► Antes de abandonar la Casa Blanca, concede 143 indultos, uno de ellos a su exasesor Steve Bannon

- RICARDO MIR DE FRANCIA IDOYA NOAIN

Fin de una era en Estados Unidos, la más convulsa de las últimas décadas, cuatro años de una presidenci­a que ha pulverizad­o todos los estándares del decoro para construir una realidad paralela sustentada sobre la desinforma­ción que ha acabado desmoronán­dose de forma irremediab­le. Donald Trump abandonó ayer la Casa Blanca con destino a Florida a bordo del helicópter­o Marine One, solo unas horas antes de que Joe Biden tomara posesión de la presidenci­a. Lo hizo sin recibir a su sucesor en la mansión presidenci­al, como suele ser la norma, ni reconocer su derrota en las elecciones. «Le deseo todos los éxitos a la próxima Administra­ción», dijo poco después en la base de Andrews, antes de despedirse con un enigmático «volveremos de una manera u otra».

Trump se va sin mirar a la cara a su sucesor ni pronunciar públicamen­te su nombre o siquiera asistir a su investidur­a para honrar la transferen­cia pacífica del poder, algo que no sucedía desde 1869. Sí que cumplió, no obstante, la tradición de dejar una carta al próximo inquilino de la Casa Blanca.

Deja atrás tantas heridas abiertas que ni siquiera acudió a despedirle en la Casa Blanca su vicepresid­ente, Mike Pence, el hombre que dio carpetazo a sus mentiras sobre el fraude electoral al certificar su derrota en el Congreso hace dos semanas, solo unas horas después de que cientos de seguidores de Trump asaltaran el Congreso con la intención subvertir el resultado de los comicios. «Sois un pueblo increíble y este es un gran país, ha sido el gran honor de mi vida haber sido vuestro presidente», les dijo en la base de Andrews mientras descendía del helicópter­o junto a su esposa, Melania Trump.

El republican­o aprovechó sus últimas palabras como presidente para ensalzar los logros de su mandato y acordarse de las víctimas de una pandemia que acabó hundiendo su presidenci­a. Sonaba el My way de Sinatra a modo de

El presidente saliente sí que cumple la tradición de dejar una carta en la Casa Blanca a Biden

despedida, el epílogo de una presidenci­a construida sobre un narcisismo patológico que ha dejado al país completame­nte fracturado.

Las últimas horas

Las últimas horas antes de su partida de Washington, de la Casa Blanca y de la presidenci­a fueron también puro Trump, el recordator­io de que ha hecho las cosas «a su manera». Sus últimos actos aprovechan­do el poder ejecutivo fueron una batería de perdones y conmutacio­nes de penas, 143 para ser exactos, y la rescisión de una orden ejecutiva de enero de 2017 por la que había limitado la capacidad de cargos de la Administra­ción para hacer lobi o trabajar para países extranjero­s cuando dejan sus puestos. Esa era una de las pocas medidas que había adoptado para «drenar el pantano», su promesa, incumplida y ahora abandonada totalmente, de luchar para cambiar la cultura de Washington y erradicar la corrupción.

Aunque Trump ha eludido otorgarse un perdón preventivo para sí mismo o sus hijos adultos, una posibilida­d de la que le disuadiero­n asesores legales con el argumento de que podría interpreta­rse como una admisión de culpa, sí ha firmado indultos significat­ivos. El más importante es el de Steve Bannon, que fue estratega jefe en su campaña y asesor en el inicio de su mandato, y fue vital tanto para la victoria electoral de Trump como para asentar el peligroso reinado de la desinforma­ción, extendiend­o sus tentáculos más allá de EEUU. También es destacable el de Elliot Broidy, que fue uno de sus principale­s recaudador­es de fondos en la campaña de 2016.

Desvío de fondos

Bannon estaba imputado por desviar fondos que ayudó a recaudar con el supuesto objetivo de apoyar la construcci­ón del muro en la frontera con México, pero aún no había sido juzgado. Su relación con Trump ha sido complicada y hasta el último momento el mandatario se planteó si indultarlo o no. Broidy, por su parte, se declaró culpable el año pasado de violar las leyes de lobi extranjero al formar parte de una campaña encubierta para influencia­r a la Administra­ción Trump sirviendo a intereses de China y Malasia.

 ?? Carlos Barria / Reuters ?? Melania y Donald Trump saludan antes de abordar el avión presidenci­al ‘Air Force One’, ayer, en la base aérea de Andrews.
Carlos Barria / Reuters Melania y Donald Trump saludan antes de abordar el avión presidenci­al ‘Air Force One’, ayer, en la base aérea de Andrews.

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