El Periódico - Castellano

Domingo cumple 80 años tocado pero no hundido por el escándalo de acoso

Leyenda viva de la ópera, el cantante, al que le persigue la polémica, es un auténtico plusmarqui­sta. Presume de 60 años en activo, de 151 roles y de 3.500 funciones. Pasó de tenor a barítono para ampliar horizontes y espera seguir sorprendie­ndo. Esta tem

- MARTA CERVERA

No parece que el covid padecido la pasada primavera en la mexicana Acapulco ni el sonado escándalo de sus años como depredador sexual hayan detenido el calendario profesiona­l de Plácido Domingo que, vetado en Estados Unidos, sigue trabajando en Europa. El plusmarqui­sta de la lírica celebra hoy 80 años a pleno rendimient­o. Cantará mañana Adriana Lecouvreur en la Staatsoper de Viena, que se grabará y retransmit­irá por televisión el domingo.

Su mejor regalo sería pasar página de la experienci­a vivida en EEUU, donde pasó de ser considerad­o un Dios -dirigió la ópera de Washington y la de Los Ángeles, de la que fue fundador- a caer en desgracia y ver cancelados sus contratos tras recibir las acusacione­s de acoso sexual por parte de una veintena de mujeres. Ninguna le llevó ante los tribunales pero la apertura de una investigac­ión en la ópera de Los Ángeles precipitó su dimisión en 2019.

Como Don Giovanni

Tras 61 años de carrera, Domingo se siente ahora más cómodo en Europa. Esta temporada le esperan en Rusia. En el Bolshoi cantará La bohème, Don Carlo y La traviata. También dará conciertos en Francia, Alemania y Suiza. Pocos teatros en Europa quisieron anular sus compromiso­s, aunque sí el de la Zarzuela de Madrid, donde soñaba celebrar las bodas de oro de su debut en Madrid.

Al igual que Montserrat Caballé, Domingo ha dedicado toda su vida a la música y no parece tener prisa por jubilarse pese a haber cotizado casi como por dos vidas laborales. Ya son muchos los récords acumulados pero parece no tener suficiente, como Don Giovanni con las mujeres.

Cuando ya había cantado más roles de tenor que nadie -Caruso hizo unos 60- se pasó a la tesitura de barítono, otra extraña hazaña, para seguir ampliando horizontes. Presume de tener 151 roles en su lista y espera seguir sorprendie­ndo. Todo ello, sin dejar de dedicarse a dirigir orquestas, y de ayudar a nuevos valores a través de Operalia, el concurso internacio­nal de canto que fundó.

Ha sido de los pocos cantantes capaces de trascender más allá del circuito lírico como demostró con los conciertos multitudin­arios de Los tres tenores que realizó con Luciano Pavarotti y Josep Carreras para recaudar fondos para la Fundación contra la leucemia de Carreras. El éxito en su primer concierto en Roma en la final del Mundial de Fútbol de 1990 fue tal que repitieron la fórmula en muchos países.

A lo largo de sus 61 de carrera cantado de todo y con los mejores. Con Callas hubo planes pero no pudo ser. Aunque muchos le recomendar­on bajar el ritmo para no perjudicar su voz, Domingo ha sabido administra­r sus fuerzas. No solo se puede poner la medalla de ser el que más roles ha interpreta­do, también sorprende la cantidad de palos que ha tocado. Empezó cantando en musicales y en la compañía de zarzuela de sus familia para después brillar en óperas de Verdi, Puccini, Wagner, Mozart, Donizetti, Rossini, Strauss. También ha estrenado

nuevas obras como The first emperor, de Tan Dun; Goya, de Menotti y Divinas palabras, de García Abril. Y ha dejado clara su pasión por otros géneros con discos de rancheras con mariachis y música ligera. Sus propios colegas le consideran un fuera de serie: es imposible emularle profesiona­lmente. Y es que Domingo ha dejado el listón muy alto. Entre sus gestas quédense con esta: ha sido el cantante que más veces ha abierto la temporada del MET de Nueva York, el escenario donde más ha cantado, donde debutó en 1968 sustituyen­do en el último minuto a Franco Corelli en Adriana Lecouvreur, de Cilèa, junto a Renata Tebaldi. Entonces empezaba una leyenda que ha quedado ensombreci­da por las acusacione­s del movimiento Me Too. Aunque considera a Verdi, pilar de su carrera, y a Otello su caballo de batalla. Domingo ha destacado también como Fidelio, de Beethoven. No hay repertorio que no haya catado: ópera rusa, francesa, música barroca... Pero siempre tendrá una querencia especial por la zarzuela, género que mamó desde niño gracias a su familia, especialis­tas del género chico. Aunque nació en Madrid en 1941, cuando tenía 8 años los Domingo se trasladaro­n a Ciudad de México donde creció alternando el canto y las clases de piano con el fútbol, su otra pasión. Entre sus referentes está el famoso Mario Lanza, el tenor que triunfó en Hollywood con filmes como El gran Caruso, pero también a Miguel Fleta, Galliano Masini y Giuseppe di Stefano. Desde luego, ninguno ha tenido una carrera de tanto recorrido como Domingo, un fenómeno digno de estudio.

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AngelaWeis­s/Afp

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