Catalunya, Euskadi y Galicia: similitudes y diferencias
Los decretos gallego y
vasco dejaban «sin efecto» la convocatoria del 5 de abril y apuntaban que la votación se retomaría «una vez levantado el estado de alarma y la declaración de emergencia sanitaria».
El decreto catalán fija que «se deja sin efecto» la celebración del 14-F y que «se convocarán elecciones para el 30 de mayo» pero las supedita a un análisis previo de la situación de la pandemia».
En Euskadi y Galicia todas las fuerzas parlamentarias aceptaron el aplazamiento y ningún ciudadano ni partido o entidad recurrieron los decretos de sus respectivos gobiernos.
En Catalunya, el aplazamiento al 30-M no se acordó por unanimidad porque el PSC reclamaba que los comicios fueran en marzo. Además, se han presentado cinco recursos ante el Tribunal Superior de Justícia.
Cuando se aplazaron
las elecciones en el País Vasco y en Galicia, todos sus ciudadanos estaban en una situación de confinamiento domiciliario decretado por el Gobierno.
En estos momentos, en Catalunya hay confinamientos municipales y amplias restricciones en muchos ámbitos económicos y sociales, pero no un encierro obligado de toda la ciudadanía en sus domicilios.
En los casos vasco y gallego, sus respectivas legislaturas finalizaban seis meses después de la primera fecha electoral, aunque con el decreto de convocatoria electoral quedaron disueltos sus parlamentos.
En el caso catalán, los comicios fueron convocados de forma automática después de que ningún candidato se presentara a la investidura tras la inhabilitación del entonces ‘president’, Quim Torra.
Los gobiernos gallego y vasco firmaron otro decreto el 18 de mayo en el que convocaban las elecciones autonómicas para el 12 de julio. En los dos lugares se prohibió ir a votar a las personas con coronavirus.
La Generalitat se ha esforzado en corregir esta anomalía para evitar que a ningún ciudadano se le vulnere el derecho al sufragio. De ahí, según el Govern, que sea aconsejable aplazar los comicios.