El toque de queda varía el consumo de drogas
Las urgencias de los hospitales reciben menos intoxicados desde que impera el confinamiento nocturno, pero avisan de que quienes antes se drogaban en discotecas ahora lo hace en domicilios.
¿Cómo ha afectado el toque de queda, del que se cumplen ahora tres meses, al funcionamiento de las urgencias de los hospitales y centros de atención primaria (CAP)? Al menos en la ciudad de Barcelona, la respuesta depende de la zona. Unos centros han notado una disminución, por ejemplo, de personas que llegan con politraumatismos por accidentes de tráfico o por una intoxicación. Otros experimentan una inquietante continuidad de la dinámica que se daba antes de la entrada en vigor, el pasado 23 de octubre, del confinamiento nocturno. Lo que sí perciben muchos es no tanto una reducción, a nivel social, de la ingesta de drogas como un cambio en el consumo.
Por ejemplo, tanto en las urgencias del Hospital del Mar como del Clínic han bajado las visitas por intoxicaciones. De octubre a diciembre de 2020, el Mar recibió 75 casos de personas que se habían intoxicado ya fuera por alcohol, drogas o fármacos. En el mismo periodo de 2019, la cifra fue de 102. «Todo ha bajado como consecuencia de la pandemia y del confinamiento nocturno. Y hay quienes han dejado de venir al hospital porque tienen miedo», opina Cirera. Pero con matices. «No es lo mismo intoxicarse con amigos en casa que en Pachá», apunta esta médica.
Otro perfil
Lo dice también el toxicólogo clínico del Hospital Clínic Emilio Salgado. «A las urgencias vienen personas con otro perfil: ya no consumen en el ocio nocturno, sino en sus domicilios», señala Salgado, que también es responsable de la Unidad de Toxicología clínica del Clínic. Desde la entrada en vigor del toque de queda, en este centro se han reducido un 7% las visitas por intoxicaciones en sus urgencias con respecto a la media interanual de 2017, 2018 y 2019..
Durante el confinamiento domiciliario de marzo, el centro vio cómo bajaban hasta un 50% los casos de intoxicados. «Pero esta foto es la punta del iceberg. A mí lo que más me llama la atención es el incremento en las intoxicaciones por alcohol», señala Salgado. Este toxicólogo cree que esta caída de las intoxicaciones del 7% en diciembre debería ser «mayor», ya que los locales nocturnos están cerrados. «Ahora la gente se queda en una casa durmiendo, no acaban tirados por la calle, donde les pueda recoger una ambulancia. Los dejan durmiendo en un rincón de la casa sin asistencia. Se consume de otra manera», dice Salgado.
Además, en los últimos meses, el Clínic también percibe un incremento del consumo de marihuana por vía oral, ya sea en forma de galletas o pasteles.
«Las personas intoxicadas por cocaína [la droga que, después del alcohol, lleva a más gente a las urgencias] o cannabis siguen viniendo porque llaman a una ambulancia. El número de las que llegan a urgencias no baja, se mantiene», cuenta Salgado. Y lo mismo ocurre con las intoxicaciones por chemsex (el uso intencionado de drogas para tener relaciones sexuales). «A este tipo de comportamientos no les ha afectado el toque de queda ni el virus. Siguen produciéndose y no han bajado», alerta.
También certifica este cambio en el consumo de drogas el Hospital Vall d’Hebron. De junio a ahora, el centro recibe a pacientes con adicciones que aumentaron el consumo con el desconfinamiento del verano. «Ahora vienen más a urgencias que durante marzo porque tienen un descontrol del consumo. Tienen ideas de autolesión. No respetan el toque de queda: quedan en casas y consumen en las casas», dice la psiquiatra Lara Grau, jefa de la Sección de Adicciones del Servicio de Psiquiatría de Vall d’Hebron.
Moverse en coche
En cuanto a los accidentes y politraumatismos, hay heterogeneidad entre los diferentes hospitales. «Esperábamos que hubiera menos accidentes de tráfico y menos agresiones y, la verdad, es que la cosa se mantiene», asegura Anna Carreras, traumatóloga del Clínic. «Creíamos que, con el toque de queda, llegarían a urgencias solo accidentes domésticos y no: nos llegan también los de tráfico por desplazamientos que no son laborales», lamenta Carreras. Aun así, la mayor parte son personas mayores que se han caído en sus casas, algo común en las urgencias de muchos hospitales.
Lo preocupante es que el Hospital Clínic también está recibiendo a personas accidentadas en fiestas ilegales. Esta traumatóloga pone como ejemplo a una joven que se cayó de un balcón estando de fiesta. «Estamos viendo accidentes que se producen durante el toque de queda», alerta Carreras. No hay cifras de este fenómeno, pero esgrime las «sensaciones» que tienen los médicos durante las guardias.
Sin embargo, la impresión no es la misma en otros centros, como por ejemplo el Hospital del Mar de Barcelona. En conjunto, las urgencias de este centro han experimentado una bajada de entre un 20% y un 25% desde finales de octubre hasta enero con respecto a años anteriores. «Vienen menos casos de traumatología y de cirugía», explica Isabel Cirera, jefa de Urgencias del Mar. La misma percepción tiene Vall d’Hebron, que ha visto cómo se reducían hasta un 30% las visitas de todas las urgencias.
Cirera pone un ejemplo: el Código Politrauma, que es activado por el servicio de emergencias cuando alguien tiene un accidente o ha sufrido una caída. «Ha bajado un 50%. Desde el 23 de octubre al 20 de enero de este 2021, tuvimos 78 activaciones. Sin embargo, durante ese mismo periodo del año previo, tuvimos 155».
También las urgencias de los centros de atención primaria, los llamados CUAP, han notado una disminución de las visitas con motivo del toque de queda. «Ha habido una disminución importante, sobre todo en diciembre. De Navidad a ahora quizá hay un ligero incremento, pero no es igual que antes del toque de queda», señala Sonia Moreno, médica del CUAP Gràcia y miembro del Grupo de Urgencias de la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitària (Camfic).
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