Un presidente futbolista
Mañana hará una semana que Joe Biden es presidente. Siete días de aquella imagen en el Despacho Oval, con un montón de carpetas firmando las primeras órdenes. Todas cargadas de simbolismo. Algunas pensadas de cara al exterior como la reincorporación a la OMS y al Acuerdo de París; otras dirigidas a la opinión pública interior, que van desde el uso de la mascarilla hasta la ampliación de la moratoria de pago de alquileres e hipotecas. Parte de las medidas son de temas migratorios, por ejemplo una de título enrevesado: Reinstauración de la salida diferida para los liberianos.
Desde 1991, EEUU ha proporcionado refugio a los liberianos que han tenido que abandonar su país a raíz de las guerras que lo han asolado. Desde entonces, se habían promulgado medidas para darles cobertura legal hasta que Trump decidió que ya era suficiente. El republicano había dejado de margen hasta el 10 de enero para que los refugiados regularizaran su situación. El problema era que por la lentitud del sistema burocrático muchos corrían el riesgo de no tener los papeles en regla antes de la fecha límite y, en consecuencia, quedar expuestos la deportación. Ahora Biden les garantiza un permiso de trabajo hasta junio de 2022 y les da tiempo a resolver los trámites.
Trump hizo con los liberianos lo que ya había hecho con los refugiados de El Salvador, Haití, Nicaragua y Sudán. La cuestión es, ¿por qué los de Liberia han tenido una nueva oportunidad con Biden? La respuesta se encuentra, en
El actual jefe del Estado de Liberia es George Weah, una leyenda del fútbol africano que triunfó en Europa jugando en algunos de los clubs más grandes del continente. Actualmente es el líder del partido Congreso por el Cambio Democrático y ha protagonizado la primera transición pacífica de los últimos 74 años de historia del país, al relevar a Ellen Johnson Sirleaf, que ocupó el cargo entre 2006 y 2018.