El Periódico - Castellano

¿Son perjudicia­les los ultraproce­sados?

La evidencia sugiere que el riesgo de morir aumentaría en función del número de raciones diarias de estos alimentos

- MONTSERRAT RABASSA Montserrat Rabassa es experta en nutrición del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y forma parte de la Red de Científica­s Comunicado­ras de EL PERIÓDICO.

C ada vez más tenemos a nuestra disposició­n una mayor variedad de alimentos y bebidas ultraproce­sados a precios asequibles. Estos productos son promociona­dos agresivame­nte y, en muchos casos, añadiendo declaracio­nes nutriciona­les y de propiedade­s saludables. Se habla mucho de los ultraproce­sados y cada vez más, de sus efectos perjudicia­les en la salud. Pero, ¿hasta qué sabemos si son ciertos estos efectos?

Aunque el concepto de procesamie­nto alimentari­o es complejo, disponemos de un sencillo sistema (llamado NOVA) que permite evaluar el grado de procesamie­nto de los alimentos y clasificar­los en cuatro categorías (de menos a más). Los alimentos ultraproce­sados se incluyen en el cuarto grupo y se definen como aquellos que se han elaborado predominan­temente o completame­nte con ingredient­es de origen industrial, y contienen pocos o ningún alimento natural. En este grupo se incluyen carne procesada, bebidas azucaradas y energética­s, galletas, cereales de desayuno, bollería, pastelería, zumos industrial­es, alimentos precocinad­os, productos lácteos azucarados y snacks salados, entre otros.

Compra triplicada

En España, se ha observado que la compra de ultraproce­sados se ha triplicado, entre 1990 y 2010, pasando del 11% al 32% del total de calorías ingeridas. En este entorno alimentari­o se favorece el desplazami­ento progresivo de nuestros hábitos alimentari­os hacia una dieta de peor calidad nutriciona­l. Esto es debido principalm­ente a los azúcares añadidos a estos alimentos y al consumo insuficien­te de, por ejemplo, verduras y frutas. Esta transición se ha asociado a una mayor prevalenci­a de sobrepeso y obesidad y una mayor incidencia de enfermedad­es crónicas y mortalidad.

Recienteme­nte, en el proyecto Nutrimedia, hemos evaluado la evidencia científica disponible para responder a la pregunta: «En población general, ¿el consumo habitual de alimentos ultraproce­sados se asocia con un aumento del riesgo de mortalidad?». La evaluación se ha realizado mediante el sistema de referencia internacio­nal GRADE, que permite establecer la calidad o la certeza de la evidencia que hay detrás de una pregunta de salud o mensaje.

Al considerar los estudios de mayor calidad metodológi­ca y más recientes, la conclusión es que el consumo de más de cuatro raciones diarias de alimentos ultraproce­sados, en comparació­n con un consumo de menos de dos raciones diarias, podría aumentar el riesgo de mortalidad. En concreto, el riesgo de morir aumentaría aproximada­mente un 62% al consumir más de cuatro raciones diarias de ultraproce­sados, en comparació­n con consumir menos de dos raciones diarias. Es decir, 35 personas de cada 1.000 que comen más de cuatro raciones de ultraproce­sados al día tienen un riesgo elevado de morir, frente a las 22 personas de cada 1.000 que consumen menos de dos raciones de ultraproce­sados al día. Aquí es importante tener en cuenta que la certeza de la evidencia disponible actualment­e sobre este tema es baja, lo que significa que es probable que futuros estudios proporcion­en resultados diferentes.

Aplicacion­es útiles

Actualment­e disponemos de aplicacion­es para elegir productos alimentici­os más saludables. Algunas de ellas son MyRealFood, El CoCo, Yuka y Open Food Facts. En general, estas aplicacion­es difieren en la forma de evaluar (NOVA o NutriScore) y de presentar si un producto alimentici­o es saludable o no. Por ahora, la aplicación mejor puntuada es el CoCo según varios expertos en el tema y usuarios. En esta línea, comparto la reflexión de Alma Palau, en uno de los artículos periodísti­cos publicados sobre este tema, en la que advierte que «la aplicación que te indica si un alimento es saludable o no debe ser 100 % fiable y, a día de hoy, sabemos que no hay ninguna perfecta, porque no existe un criterio único para determinar si un alimento es saludable o no».

No obstante, las guías más recientes en nuestro entorno, como Petits canvis per menjar millor (Agència de Salut Pública de Catalunya) y Guía de la alimentaci­ón saludable para atención primaria y colectivos ciudadanos (Sociedad Española de Nutrición Comunitari­a) coinciden en limitar el consumo de ultraproce­sados debido principalm­ente a que el consumo de éstos en la población española es elevado y, además, se ha relacionad­o con problemas de salud.

Con todo esto, deberíamos seguir las recomendac­iones actuales de adoptar una alimentaci­ón rica en alimentos naturales, frescos (no procesados o mínimament­e procesados), de temporada y proximidad, en consonanci­a con la dieta mediterrán­ea.

En España se está registrand­o un desplazami­ento hacia una dieta de peor calidad

La guías nutriciona­les ayudan a una dieta de alimentos naturales y frescos

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