La mayoría de partidos rechazan vacunar primero a altos cargos
Solo el PP defiende a través de Almeida la inmunidad prioritaria de quienes ostentan altas responsabilidades y toman decisiones
Alcaldes, concejales, consejeros autonómicos y altos cargos del Ejército ya se han vacunado, pese a que no les tocaba. Más de una treintena de cargos públicos se han saltado los protocolos de vacunación y se han inoculado la primera dosis contra el covid. La dimisión del consejero de Sanidad de Murcia, Manuel Villegas, la renuncia del Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Miguel Ángel Villarroya, o la tardanza del consejero de Sanidad de Ceuta, Javier Guerrero, a abandonar su cargo han sido algunos de los casos más sonados. Pero esta pandemia de insolidaridad política se extiende por todo el territorio.
El continuo goteo de informaciones sobre dirigentes políticos que se han aprovechado de su cargo ha desencadenado la indignación de la sociedad y el intercambio de reproches entre formaciones políticas de todo signo para intentar alejarse de esas malas prácticas. Las consecuencias han sido escasas, más allá de alguna que otra dimisión. Sin embargo, en mitad de este clima de crispación, ha surgido un nuevo debate: ¿deberían tener los cargos públicos preferencia para vacunarse?
El exlíder de Cs, Albert Rivera, fue el primero en abrir esta discusión. «Después de nuestros mayores, enfermos crónicos, sanitarios y resto de servidores públicos, deberían vacunarse nuestros gobernantes y legisladores», apuntó el exdirigente naranja en Twitter. Las reacciones de los dirigentes políticos no se han hecho esperar. Hay quienes han hecho suya esta idea, quienes la rechazan de plano y, después, quienes prefieren no mojarse en un tema tan peliagudo, a la espera de ver cómo se posiciona la opinión pública.
Con la propuesta de Rivera sobre la mesa, el Partido Popular fue el primero en abrazar este planteamiento y hacerlo suyo. «Quienes dirigen la nación, quienes tienen esa responsabilidad de tomar decisiones a futuro, me parece muy lógico y muy razonable que se vacunen», sentenció el pasado domingo el portavoz nacional de los conservadores y alcalde de Madrid, José Luís Martínez-Almeida. Pocos más piensan igual.
Los populares tienen en contra a PSOE, Unidas Podemos, Cs y Más País, que con diversos calificativos han echado por tierra la idea que lanzó Martínez-Almeida. La líder de los naranjas, Inés Arrimadas, aseguró que vacunar primero a los cargos públicos que no tienen problemas de salud ni están en contacto con enfermos de coronavirus solo podría provocar la «indignación» de la población. Al otro lado del espectro político, el dirigente de Más País, Íñigo Errejón, optó por tachar de «lamentable» la misma propuesta y aseguró que es «vergonzoso» que haya quien «se cree más importante por el cargo y el dinero que tiene».
En el Gobierno han querido dejar claro que ninguno de los ministros es de esos que «se saltan la cola». La portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, aseguró el pasado martes que «ningún ministro se ha vacunado» y que lo harán «cuando les toque» respetando siempre el protocolo marcado por el Ministerio de Sanidad.
Albert Rivera, exlíder de Ciudadanos, fue el primero en abrir el debate de vacunar a altos dirigentes
El Gobierno deja claro que ningún ministro «se saltará la cola» y todos se vacunarán cuando les toque
Siguiendo la norma
Una posición similar es la de Podemos, aunque con un matiz. El portavoz nacional de la formación morada, Rafael Mayoral, aseguró que la propuesta del PP se enmarca dentro de su «cinismo» característico. Pero no descartó que esta idea se hubiera podido implementar desde el principio: «Si realmente pensaba eso no es ahora cuando tenía que haberlo dicho, tenía que haberlo dicho cuando se diseño el protocolo del que fueron copartícipes las comunidades autónomas del PP», le reprochó.
Algo similar esgrimieron los de Santiago Abascal. El portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, aseguró el pasado lunes que lo que se debe hacer es «establecer unos criterios técnicos en función de las necesidades del país», sin oponerse a que los cargos públicos reciban antes la vacuna.