El Periódico - Castellano

Necesitamo­s la ayuda ya

- Cristina Fernández BARCELONA

Presenté una solicitud de ayuda por dependenci­a para mi madre en el Centre de Serveis Socials de Sant Gervasi tras recabar mil y un papeles e informes. El 30 de octubre se la concediero­n, después de un año y medio del inicio de la gestión. Nos dijeron que el plazo para que se pusieran en contacto con nosotros telefónica­mente a partir de esa carta era de tres meses. Pasados estos tres meses volvemos a contactar con ese centro a través del Ayuntamien­to, que les envía reclamació­n porque es imposible hacerlo directamen­te, ni en persona ni con cita previa. Me llama una señora que se niega a decirme su nombre y me explica que ya me llamarán para hacer una entrevista telefónica (previa a la presencial), pero cuando puedan, que no haga caso a lo del plazo de tres meses.

Le digo que mi madre tiene 85 años, vive sola y no puede caminar para ir al lavabo ni subirse los pantalones. Me responde que ella no puede hacer nada (¡son servicios sociales!). Después se le ocu

rre que pida una revisión del grado de dependenci­a, porque las solicitude­s de los que tienen grado 2 y 3 pasan antes. Pero el tema del grado tarda meses, le digo, y mi madre se encuentra sola y hemos llamado dos veces a los bomberos porque se ha caído intentando desplazars­e con un tacataca que tiene para ir al baño. La señora de servicios sociales sigue dando solo la opción de iniciar el cambio de grado. Le pregunto dónde me puedo dirigir para pedir ayuda o quejarme, me contesta que no tiene ni idea, y sus coletillas son: «yo qué sé», «hay gente que está muy mal», «su madre tiene grado 1»... En bucle.

Es desesperan­te. El ayuntamien­to tiene dinero para muchas cosas que se ven, pero dentro pasa esto. Es terrible que te den con la puerta en las narices en una situación tan grave y no sepas a dónde dirigirte. n

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