Arsène Lupin, el ladrón universal e inmortal
El anime ‘Lupin III: the first’, que se estrena en salas mañana, así como la serie de Netflix ‘Lupin’, devuelven al primer plano al más popular de los delincuentes de guante blanco, creado en 1905.
Leblanc escribió en el prólogo de la novela que esta era la primera aventura de Lupin y, sin duda, habría sido publicada antes que las demás si él no se hubiera opuesto rotundamente. Creador y personaje se confundían en uno solo. En las últimas páginas del libro, Leblanc define en qué va a convertirse su honorable delincuente: «No más reservas, no más precauciones. Al contrario, escándalos, provocaciones, arrogancia, ostentación, vanidad, mucho sentido del humor, su nombre en las paredes, su tarjeta de visita en las cajas fuertes».
«No confíes en Arsène Lupin. Puede que ni se llame Lupin». Un misterio insondable en sí mismo. La película de 2004 la realizó Jean-Paul Salomé, quien tres años antes había dirigido La máscara del faraón, versión cinematográfica de Belphégor. Aunque demasiado expansivo y fiado a los efectos especiales, Salomé restituía la estética naif del serial en el siglo XXI. Antes, en el Hollywood de los años 30, Lupin había trascendido fronteras y culturas siendo interpretado por John Barrymore en 1932. Hasta recaló en la serie B con Enter Arsene Lupin, de 1944.
Francia va tarde
El cine francés tardó más tiempo en adaptarlo, pero Las aventuras de Arsenio Lupin (1957), de Jacques Becker, es modélica en cuanto a intriga, misterio y humor. Dos años después llegó otra aventura de Lupin con un título tintinesco en España, El toisón de oro. Firmado Arsenio Lupin, de Yves Robert. Y el personaje, con todo su enigmático glamur -el fuera de la ley empático-, llegó incluso al manga con Lupin III, cómic creado por Monkey Punch en 1967 en el que el nieto de Lupin y su banda roban tesoros por todo el mundo.
El Arsenio japonés ha sido un éxito total: el manga, una versión musical, seis películas, otras tantas series anime, adaptaciones teatrales y diversos videojuegos. Lupin III: the first, con el personaje enfrentado a una conspiración nazi, es el último jalón de un motivo argumental y universal que no cesa. Y tiene ya 115 años de vida.
n