De Madrid ¿al cielo?
¿Es cierto que las ventajas fiscales de la comunidad han atraído a personas con gran patrimonio? La respuesta es sí.
El debate político sobre la financiación de las comunidades autónomas, abierto una vez más con la aprobación de los Presupuestos del Estado, se ha vinculado con términos como paraíso, oasis o infierno fiscal; algo que denota cierta confusión. La literatura en inglés utiliza la expresión tax haven, en su sentido más genérico, para referirse a un lugar que ofrece ciertas ventajas fiscales para atraer a contribuyentes. Paraíso fiscal, término que ha marcado este debate en el ámbito político, no es más que el resultado de una confusión lingüística: haven significa refugio y no paraíso (heaven, en inglés).
La pregunta clave en este debate es si las condiciones fiscales que ofrecen algunas comunidades atraen a contribuyentes de otras regiones y el protagonista en el discurso ha sido el impuesto sobre el patrimonio (IP). Dicho impuesto existe en España desde 1978 y, desde sus inicios, ha sido prácticamente uniforme en todas las regiones hasta su breve supresión entre 2008 y 2010. Tras su reinstauración, en el año 2011, las autonomías comenzaron a ejercer su derecho a cambiar y adaptar su diseño y, desde entonces, las diferencias en la escala de gravamen entre regiones son notables. Recientemente, la bonificación del 100% de la cuota del impuesto desde el 2011 en Madrid ha sido el centro del debate.
Pero ¿es cierto que las ventajas fiscales de Madrid han atraído a personas con gran patrimonio? Para responder a esta pregunta, en un trabajo realizado conjuntamente con Clara Martínez-Toledano (Imperial College London) y David R. Agrawal (University of
Kentucky) analizamos la movilidad de los contribuyentes cuyo patrimonio era lo suficientemente alto como para estar sujeto al pago del impuesto sobre el patrimonio. Los datos recabados nos permiten analizar los cambios de la residencia fiscal de contribuyentes con este perfil a lo largo del periodo 2005-2015. Con la finalidad de detectar el efecto de la bonificación en Madrid, comparamos los flujos hacia dicha comunidad después del 2011 con los que existieron previos a esa fecha. Observamos que, en tan solo cinco años, unas 6.000 personas de otras partes de España que debían pagar este impuesto han cambiado su residencia fiscal a la Comunidad de Madrid. Además, confirmamos que estos flujos no existían cuando el impuesto era prácticamente uniforme en todo el Estado o no estaba vigente. Con la aplicación de metodologías estadísticas, concluimos que el porcentaje de personas con un patrimonio superior al límite exento de pago de dicho impuesto ha crecido en un 10% en Madrid a lo largo de los cinco años posteriores a la aprobación de la bonificación.
La competencia fiscal a la baja es un fenómeno real que se observa en los datos analizados. En el ámbito político, los partidarios de esta competencia argumentan que sirve como un mecanismo para restringir gastos innecesarios de las comunidades. Sin embargo, se trata de un argumento muy discutible debido a varios motivos.
Es cierto que Madrid pierde los ingresos relativos al impuesto sobre el patrimonio; sin embargo, al mismo tiempo, el flujo de contribuyentes con gran patrimonio hacia esta comunidad genera un aumento de la base del ahorro del IRPF. La mitad de los ingresos de este impuesto también son cedidos a las autonomías, pero con diferencia a la base general del trabajo, los tipos marginales de capital se fijan únicamente con una tarifa estatal, precisamente para evitar la competencia a la baja. Nuestros datos indican que, por un lado, Madrid vio ampliada su recaudación por IRPF en un 4% de media entre 2011 y 2015. Por otro, las otras autonomías perdieron un 5% de los ingresos del impuesto de patrimonio y un 2,5% de la recaudación del IRPF. El término
dumping se refiere a la competencia desleal con la venta por debajo del precio de coste para adueñarse de una parte del mercado. No hay que ser muy creativo para observar cierto paralelismo entre dicha práctica y esta política fiscal ejercida por la capital española.
Ha sido necesario abrir el debate sobre las características de los impuestos cedidos y es necesario pensar en una reforma que limite estas externalidades ligadas a la movilidad de los contribuyentes. Pero también es importante que cualquier reforma del sistema fiscal se enfoque en la redistribución entre los grandes patrimonios y los grupos más vulnerables.
Los impuestos progresivos tienen una función importante: frenar el crecimiento de la desigualdad. El de patrimonio es un impuesto sobre el capital, pagado por los ciudadanos más pudientes (si no residen en Madrid). Algunos economistas proponen una tributación más alta de ganancias de capital en el IRPF. En España, estas ganancias en las rentas altas están gravadas con un tipo marginal del 23%, el valor más bajo si se compara con los vecinos occidentales de la UE, con lo cual, el infierno fiscal tampoco existe en ningún territorio del Estado.
En cinco años, 6.000 personas han trasladado su residencia fiscal a Madrid
Hay que limitar las externalidades ligadas a la movilidad de los contribuyentes