El sentido común de los dirigentes

Desde que empezó la pandemia hemos visto decisiones de todos los colores. Muchas de ellas polémicas y desacertadas. Su más o menos rápida corrección da fe de que han sido decisiones carentes de todo sentido común. Pero lo que está sucediendo ahora clama al cielo. Por una parte, marcha un ministro filósofo y entra una ministra licenciada en Derecho. ¡Bravo, señores del Gobierno, bravo! ¿Para cuándo un experto en medicina al frente de Sanidad? Me parece que ya es hora de que quien dirija ese ministerio sepa manejar lo que lleva entre manos. ¿Alguien se puede imaginar una empresa en la que el máximo dirigente no tenga ni idea de lo que dirige? ¿Alguna empresa pagaría por tener en nómina a semejante individuo? Esto solo sucede en política.

Por otra parte, en plena pandemia, elecciones en Catalunya. ¡Bravo de nuevo! Y como gran decisión política (decisión de puro interés partidista) se nos permitirá abandonar el confinamiento municipal para asistir a los mítines. También podrán salir a la calle los ciudadanos que han tenido la desgracia de contagiarse, a los cuales se les reserva una hora concreta para que vayan a votar. Resumiendo, ¡quédense en casa, pero si han de venir a aplaudirnos pueden salir! Bravo, señores políticos, bravo.

Si se trata de respetar derechos, el primero que han de tener en cuenta hoy es el derecho a la salud, y después el derecho de todos los ciudadanos a tener gobernantes con sentido común. Hoy, desgraciadamente, muchos carecen de lo primero. A lo segundo ya estamos acostumbrados.