Desmovilización al alza ante el 14-F
La pandemia y el lío judicial hunden las expectativas de participación y el auge de los indecisos mantiene en vilo la pugna por la victoria
La convocatoria electoral del 14-F discurría con razonable normalidad, pese a las ignotas condiciones que imponía la pandemia, hasta que, pasadas las Navidades, el Govern, azuzado por su mitad posconvergente, moduló el optimismo en torno a la seguridad de los comicios y empezó a escampar inquietantes mensajes e informes con cifras alarmantes sobre el peligro de mantener la cita con las urnas. La presión política y el desboque del coronavirus derivaron en un decreto de suspensión electoral que la justicia ha neutralizado con la campaña ya iniciada. Tan insólito embrollo ha tenido dos efectos: la movilización del electorado cara al 14-F se ha hundido 13 puntos en las últimas tres semanas, y el pulso entre los tres favoritos para la victoria se ha apretado un poco más.
La encuesta preelectoral del Gabinet d’Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) para EL PERIÓDICO confirma, a dos semanas de las elecciones, que el peligro de una elevada abstención atenaza los comicios. Solo seis de cada 10 catalanes, el 61,5%, garantizan que acudirán a votar, un porcentaje que llegaba al 74,6% justo antes del fallido aplazamiento electoral. Las 1.445 entrevistas se efectuaron del 25 al 28 de enero, cuando la fecha de las elecciones aún dependía de confirmación judicial. Y si hace tres semanas eran apenas el 4,8% de los entrevistados quienes aseguraban que no pensaban ir a votar, ahora ese porcentaje se ha triplicado y llega al 12,3%. El GESOP estima que la participación oscilará entre el 60% y el 63%.
¿A quién amenaza más esta desmovilización? Hay más electores que garantizan su voto entre los secesionistas (74,3%) que entre los que no lo son (54,2%), pero los votantes más movilizados son los del PSC (78,7%). Con todo, los dos socios del Govern consignan también cotas de movilización por encima del 70%, siendo la de JxCat superior a la de ERC.
Por franjas de edad, la desafección parece hacer más mella que el virus, dado que entre la población de más riesgo, los mayores de 60 años, la intención de votar roza el 70%, y supera el 65% entre los mayores de 45. Los jóvenes siguen siendo, pues, los más refractarios, con un 49% de movilización en la franja de 18 a 29 años y un 53,4% en la franja de 30 a 44 años.
Al peligro de desmovilización se suma un clásico de las campañas: el alto porcentaje de indecisos. A dos semanas de los comicios, el 31,6% de los votantes aseguran no saber todavía qué papeleta elegirán. Son ocho puntos más que en la encuesta de principios de enero, previa al enredo judicial con la fecha de las elecciones. La indefinición alcanza el 52,2% entre los contrarios a la secesión frente al 29,6% entre los soberanistas.
Caída generalizada
El cóctel que forman la pandemia, la abstención y la indecisión ha provocado una caída generalizada de la intención de voto en todas las formaciones desde principios de enero, lo que explica que el tablero se mantenga bastante estable respecto a la fotografía que el GESOP tomó hace algo menos de un mes. Los tres favoritos para el triunfo siguen en un pañuelo de cinco puntos y cinco escaños.
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