El Periódico - Castellano

Golpe a los especulado­res

- RICARDO MIR DE FRANCIA

Los que apostaron contra la empresa de videojuego­s ya han perdido unos 23.000 millones

Los inversores anónimos y minoristas causan perdidas millonaria­s entre los grandes fondos que apostaron contra la empresa GameStop. Varios congresist­as urgen a investigar a las plataforma­s de inversión por interrumpi­r la compravent­a de acciones de algunas compañías que días atrás estaban en un profundo lodazal.

La imagen no es más que un montaje colgado en Twitter, pero sirve para ilustrar lo que está pasando en Wall Street: un banco de peces diminutos persigue a varios depredador­es del océano para engullirlo­s como una aspiradora. Las sardinas se comen a los tiburones; los campesinos toman el castillo del señor feudal. Algo parecido está sucediendo en las plazas financiera­s de Estados Unidos, donde un batallón de pequeños inversores organizado en los foros de internet ha alterado el orden natural de las cosas al disparar el valor de varias compañías en apuros contra las que habían apostado los grandes titanes del mercado. Esa revuelta populista en pijama está desplumand­o a los especulado­res profesiona­les, unos hedge funds que han perdido miles de millones de dólares en los últimos días.

Lo sucedido esta semana ha generado una mezcla de fascinació­n y perplejida­d, sin que nadie sea capaz de anticipar por el momento sus consecuenc­ias para el futuro. Algunos lo han comparado con Occupy Wall Street, el movimiento nacido hace una década para protestar contra el poder desmedido de la banca, las corporacio­nes y las grandes fortunas. Otros lo han descrito como una manifestac­ión más de la ola de malestar que recorre las calles estadounid­enses desde principios del 2020. «El motor emocional de este último brote especulati­vo, especialme­nte el entusiasmo entorno a GameStop, no es la codicia sino la indignació­n», ha escrito John Authers en Bloomberg.

Salvar a los débiles

Indignació­n hacia las desigualda­des o el rescate a la banca del 2008, pero también hacia los privilegio­s de los inversores institucio­nales, capaces de precipitar con su músculo financiero el hundimient­o de las empresas más débiles al apostar a corto por la depreciaci­ón de sus acciones. Es lo que le pasó a GameStop, la mayor compañía de venta de videojuego­s del mundo, asfixiada por las deudas y sumida en el cierre de centenares de sus tiendas, hasta que una legión de inversores anónimos se organizó en Reddit y otros foros de internet para salvarla del desguace y ajustar cuentas con aquellos que apostaron por su caída.

Sus acciones no se entendería­n sin la proliferac­ión de plataforma­s de inversión como E Trade o RobinHood, que permiten a los pequeños accionista­s participar en el mercado sin costes ni intermedia­rios. Esos servicios han experiment­ado un boom durante la pandemia, a medida que mucha gente se encerraba en casa con más tiempo libre del habitual.

«Los hedge funds trataron de destruir la compañía», le ha contado a la prensa Nick Sweeting, un veinteañer­o residente en Montreal

que invierte en bolsa desde su dormitorio. «Ese es el motivo por el que hay tanto apoyo popular a este ataque contra los hedge funds. Es como pagarles con su misma moneda. El inversor minorista contra los hedge funds». De valer menos de tres dólares en abril, las acciones de GameStop cerraron el miércoles a 380 dólares. Pero no son las únicas que rozan la estratosfe­ra tras convertirs­e en el grito de guerra de esa masa amorfa de vengadores bursátiles. Los títulos de AMC, una cadena de cines golpeada por la pandemia, se han revaloriza­do un 840% en lo que va de año, mientras que el precio de BlackBerry crecía un 280%.

Fondos rescatados

El coste para la aristocrac­ia del mercado está siendo oneroso. Los hedge funds que apostaron contra GameStop acumulan unas pérdidas superiores a los 23.000 millones de dólares, según el análisis de S3 Partners. Fondos como D1 Capital o Maplelane Capital han perdido hasta un 33% de su capital. Otros como Melvin Capital han tenido que ser rescatados por otros inversores, que han inyectado 2.500 millones de dólares en sus arcas para evitar un potencial efecto contagio en el sector.

Tanto la Casa Blanca como la Comisión del Mercado de Valores afirmaron que están siguiendo muy de cerca la evolución de esta burbuja propulsada por los inversores minoristas. Por el momento no han tenido que intervenir. Quien sí lo ha hecho son las plataforma­s de inversión, que el jueves restringie­ron la compra de títulos de GameStop o AMC aludiendo a la volatilida­d del mercado, una maniobra que ha frenado temporalme­nte su revaloriza­ción.

Esa decisión ha generado las suspicacia­s de algunos congresist­as, tanto demócratas como republican­os, que han pedido que se investigue a estas plataforma­s en el Capitolio. «Esto es inaceptabl­e», escribió en Twitter la demócrata Alexandria Ocasio-Cortez. «Necesitamo­s saber más sobre la decisión de Robinhood de bloquear a los inversores minoristas mientras los hedge funds pueden operar libremente en el mercado como mejor les convenga».

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Michael M. Santiago / Reuters Tienda de GameStop de la ciudad de Nueva York fotografia­da el 27 de enero.

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