Mecánica industrial de vocación
La firma familiar de mecánica y metalurgia TMComas optó por profesionalizar la formación interna que impartía para tener mano de obra especializada. Hoy, a través de ComasTech, ha rejuvenecido la plantilla y atraído a mujeres a una actividad de alta emple
Georgina Comas encarna la tercera generación en la empresa familiar TMComas, del sector mecánico y metalúrgico, que puso en marcha su abuelo paterno en 1954. Realizaban trabajos especiales y de mantenimiento dentro del sector de la mecánica de precisión, y hoy son punteros en I+D a nivel europeo. Ya de muy pequeña, durante sus vacaciones, Georgina arrimaba el hombro con tareas de administración. Con los años fue pasando por casi todos los departamentos: comercial, producción, recubrimientos, instalaciones, manejó maquinaria y también hizo su inmersión en la divulgación científica.
Completó sus estudios de Química en la especialidad de materiales y realizó un segundo ciclo de Ingeniería superior de materiales, además de un máster en ADE en la Universitat de Girona. Nada diferenciaba su talento y capacidades en la empresa de los que pudiera mostrar su hermano, hoy también en la compañía. En un mundo tradicionalmente copado por hombres, ella empezó y sigue avanzando con decisión. En 2008 entró en la plantilla de la empresa, que el año pasado facturó 7 millones de euros (7,2 millones en 2019). Trabajan especialmente para empresas petroquímicas, de energía nuclear y de generación de energía, en general, en España, Francia, Bélgica, Portugal, Holanda, Argelia y ahora abren mercado en el Golfo Pérsico, siempre en sectores de alta tecnología, por lo que el trabajo en I+D es una de sus prioridades.
En la actualidad emplean a 50 personas, de las que nueve son mujeres. El fichaje femenino va en alza y con su ejemplo Georgina motiva nuevas vocaciones para sumarse como profesionales del sector, fichando por la empresa y formándose en el centro de FP que la propia firma ha creado. «Veíamos que nuestra plantilla envejecía y teníamos mucha dificultad para encontrar relevo para el cambio generacional», explica . «Lo que hicimos fue localizar a personas con un mínimo de formación en mecánica y nosotros mismos los acabábamos de formar», añade.
Recuperaban así la figura del aprendiz que en tiempos del abuelo Comas era el primer escalón para nuevos empleados. Esto ha permitido que la media de edad de la plantilla sea de 35 años, pero también que, a base de formar a futuros trabajadores, TMComas haya profesionalizado la formación que venía impartiendo a nivel interno. Lo han hecho creando ComasTech, un centro homologado de FP especializado en el sector metalúrgico que en septiembre pasado vio entrar a sus primeros ocho alumnos. «En nuestro entorno no había la opción de estudiar fabricación mecánica. Incluso proveedores nuestros tenían dificultades para encontrar trabajadores formados en ello», puntualiza Comas.
Ahora, 1.000 metros cuadrados de los 6.000 que ocupa la empresa están reservados al centro de formación. Y de los 1.000, 600 son taller porque el 80% de los estudios son prácticas. Imparten un pionero Ciclo Formativo de Grado Superior con doble titulación en fabricación mecánica y mecatrónica industrial, el único así en Catalunya y 100% dual.
«La mecánica y electrónica industrial son ámbitos profesionales en los que siete de cada 10 titulados tienen trabajo asegurado al finalizar los estudios, 70% de inserción laboral», señala Georgina Comas. «Y a las mujeres formadas en ello, que son aún pocas, se las rifan en las empresas, porque en temas como el de la soldadura, son muy valoradas», afirma. ComasTech también imparte cursos ocupacionales en convenio con el Consell Comarcal de la Selva, Cruz Roja, el SOC y la Cambra de Comerç de Catalunya.
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