La respuesta a la lona de Laporta
Hay quien piensa (yo no lo descartaría, desde luego, como lleva años reconociendo Toni Freixa «la caverna mediática madrileña es capaz de todo») que se trata, simplemente, de la respuesta a la lona desplegada por Jan Laporta frente al Santiago Bernabéu. Es como un «¿tienes ganas de volver a vernos?», pues, mira, aquí seguimos. Primer aviso.
Evidentemente, por más que lo intenten, nunca un contrato es fruto de una gran investigación. Alguien te lo pasa y tú lo dimensionas con tus expertos. Y punto. Investigación, la justa. Saber dónde y cuándo te lo van a dar. Y, con el mesecito que lleva el Real Madrid, el momento es ideal.
El descubrimiento es limitado, porque todo el mundo sabía que Leo Messi ganaba 60, 70, millones limpios y que eso significaba 120 o 130 millones brutos. Y, desde luego, lo que no es verdad, es que ese sea el contrato que ha arruinado al Barça.
Algunas de las cosas que han arruinado al Barça son que entre ficha y desembolso de sus primeros contratos, las llegadas de Coutinho, Dembélé y Griezmann vayan a suponerle al club 1.000 millones de euros, el doble de lo que representa Messi. ¿Y qué han ganado Coutinho, Dembélé y Griezmann? ¿Qué títulos han conquistado? ¿Qué alegrías han proporcionado? ¿Qué valor añadido le han dado a la marca, al escudo y a la camiseta?
Ese sí es un problemón para el Barça y el presidente que llega: los millones que el Barça ha malgastado en jugadores que no son Messi, ni se le acercan. Cómo lo son los dos goles que metió ayer, en Cadiz, Luis Suárez. Y como lo es que, dada la situación económica actual de la entidad, sea difícil afrontar contratos como ese, pues parece imposible, digo, no sé, que en el próximo se le pueda pagar todo eso. ¡Pero si hasta se le darán 66 millones de euros por su fidelidad! ¿Y a mí?
O sea, al Barça no solo le costará la desesperación que se vaya Messi, que se irá, máxime después de este último cabreo, sino que, encima, al despedirle, le tendrá que dar un sobre con 66 millones de euros. ¡De verdad, nos hemos vuelto locos! Y, encima, Messi diciendo en las entrevistas que él no juega por dinero. Por favor, alguien que no juega por dinero (o que no solo juega por dinero) no pide, exige, negocia y obtiene ese contrato.
Porque ese contrato se firmó, ¡ojito al dato!, después de que el señor de los números, Óscar Grau, fuese duramente criticado por todo Dios, en enero de 2017, en el Forum Europa Tribuna Catalunya, al decir: «La renovación de Leo Messi hay que afrontarla con sentido común y cabeza fría». Sí, sí, pusieron mucho sentido común y mucha cabeza fría.
Dos días después, cómo no, Josep Maria Bartomeu dijo que Messi se lo merecía todo (lo que dijeron ayer Víctor Font y Jan Laporta) y, aquel fin de semana, salió a escena, en la tele, Luis Suárez y dijo: «Messi es el mejor del mundo. ¡Hay que renovar a Leo! Y no tener sentido común».
Y, luego, Leo Messi y sus voceros (y algún que otro periodista) insisten, día sí, día también, que Messi no tiene poder. No.