CRISTINA TORRE Y NURIA GILGADO
SECRETARIAS DE ACCIÓN SINDICAL Y DE POLÍTICA SINDICAL DE CCOO Y UGT
«Las personas trabajadoras que se dedican a la investigación en Catalunya desarrollarán una carrera estable, en unas condiciones de trabajo dignas y adecuadas a su formación, que les permitirá la movilidad entre centros de investigación donde serán evaluados con unos criterios objetivos y transparentes, definidos conjuntamente por los agentes sociales en términos igualitarios y saludables».
La gran mayoría de las personas investigadoras en Catalunya suscribiría esta descripción como la deseable. Sin embargo, la situación actual dista mucho de ese ideal. La temporalidad del sector dobla la media de Catalunya. Las condiciones salariales son escasas, si se comparan con países del entorno; muy dispares incluso dentro de los propios centros; y en ocasiones, demasiado dependientes de la asignación a uno u otro proyecto. La sobrecarga de trabajo se extiende. Las cualificaciones de las mujeres que finalizan estudios son mayores que las de los hombres, sin embargo, la participación de la mujer en la investigación en Catalunya dista mucho de ser igualitaria, y más en las escalas profesionales más altas. La prevención de riesgos laborales está lejos de igualar estándares aceptables.
Algunas de estas situaciones podrán ser mitigadas con un convenio sectorial, dotando a la investigación en Catalunya del reconocimiento necesario, de unas condiciones laborales atractivas, que garanticen la movilidad, la captación y el mantenimiento del talento y la curva de crecimiento del sector. Esto pasa por la homogeneización clara de grupos profesionales, niveles salariales comunes, medidas de promoción y capacitación comunes y dotando al sector de sistemas de evaluación comunes, transparentes e independientes. El convenio colectivo del sector debe establecer un marco regulador amplio y consensuado entre sindicatos y patronal que permita una gestión eficiente, equitativa y equilibrada de los recursos humanos y de las relaciones laborales.
La Generalitat de Catalunya, en su día, acertó con el impulso del sistema de centros Cerca, generando un tejido de centros potentes. Sin embargo, olvidó la gestión de las relaciones laborales. Ahora se abre un nuevo escenario con el convenio colectivo, aunque este, por sí solo, no nos llevará a la descripción que hacíamos al principio del texto. Hacen falta cambios estructurales y culturales. Es necesario incorporar mejoras de gestión y de financiación que permitan basar la ciencia desarrollada en Catalunya en la estabilidad, en la mirada a largo plazo, y la reconsideración de los errores para mejorar y avanzar.
La gestión de los centros de investigación en Catalunya padece un fraccionamiento y centrifugación acusados, en los que cada equipo investigador se organiza en torno a un proyecto de investigación con su propia financiación, actuando en muchas ocasiones como micropymes dentro de los propios centros. Esto reduce las capacidades de multiplicación de objetivos y profundiza en la pérdida de sinergias y potencialidades.
Este sistema de gestión está muy condicionado por la forma en que se financia la investigación. Son necesarias fuentes de financiación estables, separadas de los ciclos políticos, con menos burocracia, sin cláusulas que invadan la negociación colectiva, sin caducidades de las cuantías asignadas anualmente, y con una gestión de los recursos centralizada en la dirección de los centros.