¿Qué hacen otros países con la semana de 4 días?
El poderoso sector del metal, por delante
La pandemia está poniendo entredicho muchos de los elementos que estuvieron fuera de discusión durante décadas en el modelo económico alemán. Uno de ellos es la duración de la semana laboral de los asalariados a tiempo completo y su impacto en la productividad. Por ello, en la actual ronda de negociaciones, la Unión Industrial de Trabajadores del Metal – IG Metall, el mayor sindicato sectorial de Alemania, que representa a casi cuatro millones de trabajadores de la industria– apuesta por una semana laboral de cuatro días, die Viertagewoche, como se conoce popularmente en alemán.
«Los empresarios y los comités de empresa tienen el mismo interés en conservar a los trabajadores especializados», dijo recientemente Jörg Hofmann, presidente de IG Metall, a la agencia DPA. Para ello, el sindicato considera que la jornada laboral de cuatro días es una buena opción en un momento de transición hacia un nuevo modelo productivo forzado por la pandemia y marcado por la digitalización y la automatización.
En aquellas empresas en las que la reducción de jornada –menos horas de trabajo, cuyo coste es asumido por el Estado a cambio de no despedir trabajadores– no es aplicable, la semana de cuatro días permite trabajar «menos y de forma más productiva», argumenta Hofmann. La reacción de la patronal es, de momento, muy escéptica.
La propuesta de IG Metall, sin embargo, es difícil para sectores como los servicios, con menos capacidad de negociación colectiva y con mucha precariedad laboral.