La cúpula del PP teme que Bárcenas reviente su campaña en Catalunya
Casado evita hablar de la confesión del extesorero y un portavoz insiste en que son episodios del «pasado remoto» de la formación
La alarma vuelve a sonar en la sede del PP de la calle de Génova, en Madrid. Y por algo recurrente: la corrupción. «Llevamos 12 años con esta cruz», se lamentaba ayer una asesora del partido. Se refería a que en 2009 estalló el caso Gürtel. Aunque eso no fue óbice para que, dos años más tarde, Mariano Rajoy se alzara con la mayoría absoluta más contundente de la historia del partido, con 186 diputados. Ahora, con las tornas cambiadas, el PP de Pablo Casado parece no levantar cabeza con la ristra de juicios que ha heredado. La confesión de Luis Bárcenas del miércoles, en la que admite que el partido se financió en negro desde 1982 y que Rajoy trituró personalmente los papeles en los que estaban anotados los movimientos de la supuesta caja b «sin saber» que él conservaba una copia, ha hecho que el PP vea reventada toda su estrategia ante las elecciones catalanas. ¿Cómo hablar de la gestión de la pandemia o de los planes para la hostelería cuando todos están pensando en la corrupción?
El anuncio de Bárcenas ha llegado días antes de que, el lunes, comience el juicio de la financiación irregular en la Audiencia Nacional. La fecha era conocida. Lo que no se sabía era el ofrecimiento del extesorero a colaborar con la Fiscalía Anticorrupción, un gesto que ha reavivado el interés por un proceso judicial que echará a andar la última semana de campaña.
El juicio
En los despachos de los estrategas de campaña están con el calendario en la mano, y la inquietud por las consecuencias en las votaciones es la tónica general, admiten miembros de la dirección del partido en Madrid y en Barcelona. El lunes, el martes y el miércoles llegarán las declaraciones de los acusados: Bárcenas, Cristóbal Páez (exgerente del PP) y los representantes de la empresa Unifica (que realizó las obras de la sede que, supuestamente, se pagaron en negro). Todo público y retransmitido en directo. El jueves empezarán los testigos, aunque, por suerte para los intereses de campaña del PP, no acudirá ningún primer espada.
Vox, que espera entrar en el Parlament, no se ha lanzado contra los conservadores. Por ahora, todavía faltan días. Solo la diputada Macarena Olona puso un tuit diciendo: «Muchos de vosotros os vais a sentir traicionados cuando conozcáis los detalles a partir del lunes. Y un profundo desprecio. Desde Vox luchamos también por vosotros. No os sintáis huérfanos». En la encuesta del GESOP del fin de semana, el PP lograba doblar sus escaños actuales (8-9) y mantenía a Vox lejos (5-6).
Según fuentes del equipo de Casado, el juicio tendrá impacto en los votantes conservadores indecisos, aunque no creen que vaya a ser tan profundo como para que Vox supere al PP. Ese sorpasso sería la peor noticia para Casado, que se está volcando en la campaña y viene de un muy mal resultado en las elecciones del País Vasco.
Los populares descartan que Vox pueda adelantarles el 14-F por el impacto del juicio de la caja b
El silencio del líder
En su visita de ayer a una granja porcina en Lleida, el líder del PP no hizo ningún comentario sobre el extesorero. Le dejó la tarea al portavoz de su partido en el Senado, Javier Maroto. Lo hizo porque ambos entraron juntos en la cúpula de la formación, en 2015, y ya desde entonces Maroto exhibió un discurso muy duro. «A mí este tío me da un asco que no puedo verlo», dijo ya entonces de Bárcenas, al que consideró un «delincuente» que había hecho un «daño tremendo» al PP. Ayer insistió en que todo de lo que habla el extesorero pertenece al «pasado remoto» de la formación conservadora.
Alejandro Fernández, el candidato popular a la Generalitat, no quiso poner la mano en el fuego ni por Rajoy ni por Casado. Solo lo hace por su familia –y suspiró–, según dijo en una entrevista en RAC1: «Ya hemos pagado electoralmente por estas cuestiones de manera severa [en las generales de abril de 2019]». El 14-F se verá si su electorado ha visto necesario aplicarle otro correctivo.
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