Simón pide mantener las medidas pese a la leve caída de los contagios
El mismo día en que Catalunya, Extremadura y Madrid anuncian la relajación de algunas de sus restricciones, el epidemiólogo del Gobierno alerta de que la situación es aún «muy delicada».
Los contagios siguen a la baja en casi todas las comunidades autónomas y aunque la previsión es que el descenso siga en los próximos días, el epidemiólogo Fernando Simón advirtió ayer de que «hay que mantener las medidas de control». Por dos razones: porque «seguimos en una situación muy delicada, muy mala, lejos de los indicadores aceptables» y por la presencia de la variante británica, más transmisible, que a finales de febrero o primeros de marzo será dominante en España.
La incidencia acumulada empezó a bajar hace una semana y este jueves se ha situado por vez primera en 15 días por debajo de los 800 casos por 100.000 habitantes, 783 exactamente. El número de contagios notificados en las últimas 24 horas fue ayer de 29.960, la cifra más baja desde el 12 de enero. Pero aunque la ocupación hospitalaria lleva también unos tres días de baja, las ucis siguen estancadas en un 45%, con seis autonomías por encima del 50% (tres de ellas más del 60%). «Una barbaridad», según el portavoz del Gobierno. La inflexión a la baja aún no se nota en las muertes. Ayer se notificaron 432.
En tres autonomías
Pese a esta situación general, hay dos autonomías, además de Catalunya, que han empezado a relajar las medidas en mayor o menor grado. La que ha dado el paso más importante es Extremadura. Esta comunidad había suspendido todas las actividades no esenciales y ahora permitirá reabrir el comercio de 10.00 a 18.00 horas los laborables y de las 10.00 a 14.00 los sábados. Extremadura fue la peor comunidad al principio de la tercera ola, con una incidencia que rozó los 1.500 casos pero en dos semanas se ha situado casi a la mitad (770), gracias a un cierre casi total.
Madrid también prevé relajar sus medidas a partir del próximo sábado permitiendo que en las terrazas de los bares se puedan reunir seis personas en lugar cuatro, como está establecido desde hace dos semanas. Así lo anunció su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, tras reunirse con representantes de la hostelería, a los que prometió volver a retrasar el inicio del toque de queda a medianoche lo antes posible.
La situación de Madrid es muy diferente a la de Extremadura. Los bares y los comercios solo han sufrido restricciones horarias y de aforos, pero han seguido abiertos en todo momento. Su incidencia llegó a rozar los mil casos y en una semana sólo ha bajado alrededor de 100 casos. Ahora está en 888. Ambas están muy por encima de Catalunya, que es la cuarta autonomía con menor incidencia, con 477 casos por 100.000 habitantes.
Todas están, sin embargo, muy lejos de «los niveles aceptables de incidencia, ya sean los 50, 150 o 250 casos que marcan la entrada en el nivel de riesgo muy alto», según Simón.
A esta situación se le añade la incertidumbre por la variante británica que se expande de una manera muy irregular por España. Hay una comunidad, Cantabria, en la que representa ya un 35% de los casos mientras que en otras está en 20%, un 12% o un 4%, según Simón. Aún no hay datos de todas las autonomías por lo que hacer una estimación global es muy arriesgado. El ministerio cifró en un 10% la prevalencia media en el Consejo Interterritorial de Salud del pasado miércoles.
Menos brotes en residencias
Algo que puede empezar a reducir las hospitalizaciones y las muertes es la vacunación. Ya se han administrado las dos dosis que confieren la inmunidad a 580.000 personas, entre los que figuran prácticamente todos los ancianos y trabajadores de las residencias geriátricas, y esto ha empezado a notarse. El número de brotes detectados en estos centros ha pasado en un mes de 120 a la semana a 70, «probablemente debido a la vacunación», según Simón.